El cierre de campaña republicano viene siendo tumultuoso, digamos que acorde con la personalidad del exmandatario Donald Trump. El partido continúa realizando el control de daños luego del mitin realizado en el Madison Square Garden, de Nueva York, el domingo 27, sobre todo debido a la intervención de un humorista que calificó a Puerto Rico como “una isla flotante de basura en el océano”, lo cual desató enorme polémica.
Una portavoz del Partido Republicano afirmó que esa mala broma “no refleja el punto de vista del expresidente ni de la campaña”. A falta de menos de una semana para el día de los comicios, de lo que no se puede dudar es de que el candidato republicano continúa captando la atención mediática y está por verse si eso -así sea por motivos controversiales- le reporta más ventajas que desventajas.
Resulta difícil creerle a Donald Trump cuando dice que no conoce a Tony Hinchcliffe, el comediante que desató desde el domingo la furia de los puertorriqueños. Su presencia en el mitin de Nueva York no fue una casualidad, sino que parece ser parte de la estrategia republicana de las últimas semanas de acercarse a los hombres jóvenes, de entre 19 y 35 años, entre quienes ha crecido el respaldo al exmandatario, según un sondeo reciente de Sienna y “The New York Times”.
¿Por qué los corteja Trump? Porque aparecen como un sector clave de su electorado y porque son reticentes de ir a votar, así que hay que convencerlos. El candidato republicano ha reforzado su discurso agresivo y machista y no parece esforzarse mucho en atraer a los moderados, como se le recomendaba hace unos meses. Recientemente ha hecho videos con estrellas de las artes marciales mixtas o con ‘influencers’ de las criptomonedas y ha preferido dar entrevistas a ‘podcasters’ que a medios tradicionales.
El viernes pasado, Trump llegó tres horas tarde a un mitin en Michigan, uno de los estados clave, porque se entretuvo grabando una entrevista con Joe Rogan, el llamado rey del pódcast en EE.UU. Según la cadena CNN, soltó 32 afirmaciones engañosas o falsas durante los 180 minutos de conversación. Pero es obvio que durante la emisión del pódcast no hubo interferencias ni verificación de datos. En agosto Trump se viralizó -una vez más- por un diálogo con Theo Von, comediante del cogollo de Rogan y Hinchcliffe.
¿El próximo pódcast al que irá? Seguirá el instinto de su hijo menor Barron. Aquel niño de 10 años, que aparecía algo asustado ante cámaras cuando su padre ganó las elecciones del 2016, hoy ya tiene 18 años y -según su progenitor- es “el rey de internet”. Es él quien le recomienda a qué pódcast acudir, sabiendo que son emisiones con enorme audiencia entre el público masculino. Llegar a los más jóvenes es el desafío que se ha trazado Trump en vísperas de la elección.