Mientras que en países de Latinoamérica, Medio oriente, y África, la existencia de muertes procedentes de un operativo policial es algo cotidiano, en Islandia es histórico.

El martes 2 de diciembre, en Reykjavik, un operativo policial terminó con la vida de un sujeto que se rehusaba a dejar de disparar desde su ventana.

La policía recibió la alerta desde Arbaer, un distrito ubicado en las afueras de la capital. Un individuo disparaba repetidas veces con una escopeta desde su departamento.

Inmediatamente agentes de seguridad, entre policías y miembros de una unidad especial, acudieron al lugar para controlar la situación.

De acuerdo al comisionado nacional de la policía de Islandia, Haraldur Johannessen, tal incidente no tiene presentes, reportó la Agency Press.

Una vez en el lugar, se intentó controlar al sujeto lanzando bombas de gas lacrimógeno al interior de su departamento. Sin embargo, esto no lo detuvo. El hombre de aproximadamente 59 años, siguió disparando con su escopeta.

En ese momento, una unidad especial tuvo que irrumpir en su vivienda. El sujeto recibió impacto de bala, y falleció al llegar al hospital.

El pequeño país del noroeste de Europa, está poblado con apenas 320 mil personas, y tiene una tasa delictiva muy baja, resaltó AP. La violencia armada es sumamente inusual, a tal punto que la policía no suele portar armas de fuego.