La organización de derechos humanos, Amnistía Internacional (AI), instó este jueves a Irán a que no siga adelante con el segundo intento de ejecutar a un traficante de drogas que sobrevivió a un ahorcamiento fallido la semana pasada.
El iraní de 37 años, que ha sido identificado como Alireza M, estuvo colgado en la horca durante 12 minutos en una cárcel de la ciudad nororiental de Bojnord, después de los cuales un médico lo declaró muerto.
Al día siguiente, según lo explica el periodista de la BBC Richard Galpin, un trabajador preparaba el cuerpo para que fuese recogido por la familia y se dio cuenta de que aún respiraba.
Lo encontramos vivo y eso hizo que sus dos hijas se sintieran muy felices, dijo un miembro de la familia no identificado a los medios estatales iraníes. El hombre ahora intenta recuperarse en un hospital local, bajo vigilancia armada, antes de que se lleve a cabo el segundo intento de ejecución.
El veredicto fue una sentencia de muerte y eso es lo que ocurrirá cuando el hombre se recupere, reiteró más temprano un funcionario iraní.
Grupos de derechos humanos creen que Irán ocupa el segundo lugar, después de China, en la lista de países que sentencian el mayor número de penas de muerte, por delitos que van desde el asesinato y las violaciones, hasta el espionaje y el tráfico de drogas.
TERRIBLE FUTURO Este hombre enfrenta el terrible futuro de un segundo ahorcamiento, después de haber pasado por todo ese calvario. Eso simplemente subraya la crueldad y la inhumanidad de la pena de muerte, dijo Philip Luther, director de Amnistía Internacional en el Medio Oriente y el Norte de África, en un comunicado de prensa.
Luther hizo un llamado doble: a que se suspenda la ejecución de este sobreviviente y a que se decrete una moratoria de todas las ejecuciones en Irán.
Entre los juristas iraníes hay opiniones encontradas acerca de si debería ser llevado a la horca en una segunda ocasión.
Cuando un convicto es sentenciado a muerte, debe morir. Como no fue así, se considera que la sentencia no ha sido llevada a cabo y por eso debe repetirse, dijo el juez de alto rango Noroullah Aziz Mohammadi.
Sin embargo, otros abogados han firmado una petición en la que solicitan una suspensión del ahorcamiento por ser un caso excepcional.
En otro incidente reportado por los medios de comunicación iraníes el lunes, los familiares de otro asesino condenado en la provincia occidental de Ilam trataron de detener su ejecución en una prisión lanzando una granada.
Aunque 30 personas resultaron heridas, el ahorcamiento finalmente se llevó a cabo.
Según Amnistía, al menos 508 personas han sido ejecutadas en Irán este año hasta la fecha. La mayoría de los asesinados fueron condenados por tráfico de drogas, según AI.