Le decían Masta u hombre musculoso porque su poder, influencia y dinero venían del músculo político que tenía gracias a sus amistades en el Parlamento.
Hablamos de Mohamed Sohel Rana, el dueño del edificio que el pasado 24 de abril se derrumbó en Savar, a 24 kilómetros de la capital de Bangladesh, Dhaka, dejando más de 600 muertos, de acuerdo al último informe de las autoridades divulgado este domingo.
Como explican Sabir Mustafa y Shyadul Islam, del Servicio Bengalí de la BBC, el colapso del Rana Plaza, un inmueble de ocho pisos donde operaban distintas fábricas de ropa, hizo que Rana se convirtiera en la persona más odiada del país asiático.
Ninguno de sus antiguos aliados políticos ha salido a defenderlo y el partido político gobernante, Liga Awami, al que solía ser muy cercano, lo criticó con vehemencia.
Rana está tratando desesperadamente de probar que no tiene nada que ver con la tragedia.
Pero el derrumbe lo tiene en el ojo del huracán y dio lugar a nuevas investigaciones sobre su oscuro pasado en los negocios.
Rana controla una pandilla en la zona, y la utilizó para ejecutar negocios de drogas y extorsión, le dice a la BBC el vicepresidente de la Liga Awami en el distrito de Dhaka, Ashrafuddin Khan.
MAFIOSO Después de estudiar brevemente en la universidad, Rana armó varios negocios, aparentemente con el patrocinio de políticos. Los medios locales lo recuerdan como un desertor de la escuela que venía de una familia pobre e hizo dinero rápidamente.
Se le conoce como un matón, un gángster en la zona, dice Firoz Kabir, presidente del consejo del subdistrito de Savar.
Las acusaciones contra Rana no pudieron ser verificadas por la BBC. Hablar con él, que está en custodia, no fue posible. Su padre y su tío también están bajo arresto y la BBC no pudo hablar con ningún otro familiar. Todavía no hay abogado que lo represente.
La mayor parte de la ira contra Rana se deriva del hecho de que los empleados fueron llamados a trabajar incluso después de que, el día antes del derrumbe, aparecieran unas grietas en el edificio.
Rana ha dicho, tras ser arrestado, que fueron los dueños de las fábricas quienes insistieron en abrir el edificio ese día. Varios de ellos también están bajo custodia policial.
El empresario se volvió una figura prominente en las elecciones de 2008, cuando Touhid Jong ampliamente conocido como Murad Jong se convirtió en miembro del parlamento. Era amigo suyo.
Rana se volvió poderoso por el patrocinio de Murad Jong, dice Khan, exmiembro del parlamento de esa área.
Pero al igual que el partido Liga Awami, Jong negó cualquier conexión con Rana, a pesar de que varios periódicos y portales de noticias han publicado fotos de ellos juntos.
Kahn dice que, con la ayuda del parlamentario, Rana se convirtió en un líder de la unidad local de la Liga Jubo, un ala joven de dicho partido político.
TOMA DE TIERRAS Aunque el partido nunca reconoció el nombramiento, Rana usó el título para su propio beneficio.
La posición en la Liga Jubo le dio a Rana influencia local y él la usó para llevar a cabo sus negocios ilegales, dice Khan.
De acuerdo con los medios locales, los policías que lo arrestaron el 28 de abril lo acusan de apoderarse de tierras en nombre de sus padrinos políticos.
Durante los años 90, la zona de Savar se convirtió en un lugar de mucha demanda para establecer fábricas y adquirir tierras para vivienda, por su proximidad a Dhaka. En ese momento de auge, la toma de tierras ilegal se volvió muy común.
Según Khan, Rana puso dos negocios de finca raíz en asociación con políticos y oficiales de la policía. Y asegura que las tierras fueron adquiridas a la fuerza.
Una de esas tierras es donde Rana construyó el edificio que colapsó.
Rabindranath Sarkar, dueño de un edificio aledaño al Rana Plaza, le dice a la BBC que la tierra había sido adquirida en nombre del padre de Rana, Abdul Khalek.
Pero Sohel Rana y su familia tomaron la tierra a la fuerza y construyeron el edificio a pesar de que había sido comprada en mi nombre, dice Sarkar.
El vecino asegura que fue a las oficinas del gobierno en busca de una compensación por la toma de su tierra, pero la influencia política de Rana hizo que no le dieran respuesta.
Después de ser arrestado, cuando se bajó del carro de la policía al frente de la comisaría, Rana tuvo que usar un casco, porque una muchedumbre de gente lo estaba esperando para lincharlo.
Es, por lo menos en la actualidad, el hombre más odiado de Bangladesh.