Milagros Asto Sánchez

Cuando el máximo jefe de Hezbolá Hassan Nasrallah murió en un bombardeo sorpresa del Ejército de Israel contra Beirut el 27 de setiembre, el número dos del movimiento, Naim Qassem, asumió automáticamente las riendas de forma interina. “Todos estamos listos en el campo de la batalla”, dijo días después en un pronunciamiento en el que aseguró que el grupo extremista libanés nunca retrocederá “ni un milímetro”.