“La OTAN dará seguridad a Ucrania, Ucrania fortalecerá a la OTAN”, insistió ayer Volodimir Zelenski por enésima vez, pero la adhesión acelerada de Kiev a la alianza de defensa que tanto desea aún deberá esperar. Mientras el presidente ucraniano pronunciaba un efusivo discurso en una plaza céntrica de Vilma, la capital de Lituania, a pocos metros, los líderes de la OTAN daban pasos poco contundentes para materializar el pedido que la exrepública soviética mantiene desde el 2002.
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En una declaración aprobada por los aliados al final del primer día de su cumbre, la OTAN abrió los brazos a la membresía ucraniana, pero se abstuvo de entregar a Kiev la invitación formal o el calendario para la adhesión que anhela y que sería un punto de quiebre en la guerra que libra con Rusia desde hace 17 meses.
El gesto más concreto de buena voluntad que hizo la OTAN fue suprimir el requisito de que Ucrania cumpliera lo que se denomina un Plan de Acción para la Adhesión (MAP, por sus siglas en inglés), eliminando así uno de los dos obstáculos en el camino de Kiev hacia la alianza.
El MAP, exigido a aspirantes a la adhesión, un proceso preliminar que requiere más tiempo para prepararse para una invitación a la alianza e incluye asistencia técnica y política de la alianza y soporte práctico específico en áreas como defensa, economía, seguridad y normativa legal.
“Estaremos en condiciones de invitar a Ucrania a unirse a la Alianza cuando los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones”, dice el documento, que, a la vez, afirma que “el futuro de Ucrania está en la OTAN”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, enfatizó que la importancia de la declaración en Vilna radica en que se plantean “las herramientas para asegurar que Ucrania se acerca a la membresía”. Según lo acordado, la alianza ayudaría a Kiev a avanzar en la interoperabilidad militar, así como en reformas adicionales democráticas y del sector de la seguridad.
Sin embargo, Stoltenberg dijo creer que todos los países de la OTAN están de acuerdo en que, mientras siga la guerra, “no es el momento para convertir a Ucrania en miembro pleno de la Alianza”.
¿Punto de conflicto?
A pesar de que varios de los aliados envían armas y municiones a Kiev, la declaración puso de manifiesto las divisiones existentes entre los 31 miembros de la OTAN a la hora de fijar las condiciones de la adhesión de Ucrania.
El diario “The New York Times” detalla que los líderes de la alianza lucharon por ponerse de acuerdo sobre cómo describir un cronograma y las condiciones para lo que todos están de acuerdo en que será la eventual membresía de Ucrania en la OTAN. “La batalla dentro de la OTAN no era sobre si Ucrania se uniría, sino cómo y bajo qué condiciones. Algunos países querían una invitación inmediata después de que termine la guerra; otros países, como Estados Unidos, querían evitar cualquier noción de que la entrada sería automática”, señala el medio.
Del otro lado, no hay dudas de que el anuncio de la OTAN no satisface del todo a Ucrania. Antes de llegar a Lituania, el presidente ucraniano había dicho que cualquier paso que no condujera a un cronograma más firme para la integración de su país al bloque sería “absurdo”.
Stoltenberg intentó calmar las aguas diciendo que “nunca ha habido un mensaje más contundente de la OTAN en ningún momento, tanto en lo que se refiere al mensaje político del camino a seguir para la adhesión [de Ucrania] como al apoyo concreto de los aliados de la OTAN”.
Asimismo, agregó que las anteriores adhesiones a la OTAN no habían ido acompañadas de un calendario. “Están basadas en condiciones, siempre lo han estado”, afirmó.
Pese a sus críticas iniciales, Zelenski bajó el tono en Lituania y expresó su gratitud por las nuevas promesas de armas de los aliados. En Twitter, afirmó que apreciaba su “disposición a dar nuevos pasos”.
El analista internacional Roberto Heimovits señala que es comprensible que Ucrania se sienta decepcionada de la reacción poco favorable para admitirla en la OTAN. Sin embargo, considera que, en este momento, es como si Ucrania fuera de la alianza porque recibe mucha ayuda militar para repeler la invasión rusa, miles de millones en armas y miles de millones en ayuda económica. “No es suficiente, pero sí es una ayuda muy grande”, dice a El Comercio.
“Es una es una decepción para Ucrania, pero yo creo que lo más importante ahora no es poner fecha, sino es que la OTAN le dé más armamento a Ucrania porque necesita cohetes de más largo alcance, necesita más municiones, necesita más tanques, necesita las bombas de fragmentación, necesita los aviones F 16. Eso es más importante para Ucrania que el hecho de que le den una fecha para para entrar”, explica.
Posturas y estrategias
De concretarse, el pedido de Zelenski tendrá repercusiones mucho más allá de Kiev. Fue precisamente la posibilidad de la adhesión de Ucrania a la OTAN el factor que desencadenó la tensión con Rusia, ya que Moscú durante años alegó que ese paso sería considerado una amenaza existencial para su país
Para Moscú es una pesadilla que Ucrania, el antiguo “país hermano”, se una a la Alianza, que se ha expandido en los últimos años y ya tiene contingentes militares en ocho países de Europa del Este, cuatro de ellos fronterizos con Rusia.
De hecho, cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la intervención militar en Ucrania, el 24 de febrero del 2022, exigió entre otros puntos que la exrepública soviética tuviese un “estatus neutral” y garantías de que nunca entraría a la OTAN.
Desde el lado de la OTAN, Heimovits apunta que si la alianza admitiera a Ucrania eso significaría que si Ucrania es atacada y pide el apoyo de la alianza, toda la OTAN tendría que ir en su ayuda, con todos los medios disponibles.
“Esto implicaría una guerra abierta entre la OTAN y Rusia, cosa que ningún país de la OTAN en este momento está dispuesto a asumir. No le convendría a esos países. Lo que les conviene es aumentar la cantidad de armas que le dan a Ucrania para que efectivamente pueda tener éxito en su contraofensiva y expulsar a los rusos, pero no un choque directo con Rusia”, dice el experto.
A este punto, con una guerra estancada y sin desenlace a la vista, ¿qué hay en juego si la OTAN no da pasos concretos hacia la adhesión ucraniana? Alyona Getmanchuk, fundadora y directora del New Europe Center, dijo a “The New York Times” que cualquier cosa que no sea una invitación política para Ucrania seguramente será percibida por Putin como una victoria, permitiéndole mantener su veto de facto sobre el proceso de ampliación de la OTAN y seguir atacando.
“Mientras Ucrania permanezca en el limbo de la OTAN, Putin atacará a Ucrania una y otra vez con la esperanza de crear un nuevo Imperio Ruso. No hay mejor seguro para Ucrania contra nuevos ataques que la garantía de su futura pertenencia a la OTAN”, señala.
Además, Heimovits agrega que la posible adhesión o no de Ucrania la OTAN eventualmente podría ser utilizada como un aliciente que se le dé a Putin para que pueda lavarse la cara, aún si es derrotado, y hacer la paz. “La membresía a la OTAN puede ser una carta de negociación a futuro, una carta de presión sobre Putin. Si eventualmente no retira sus tropas de Ucrania, entonces la OTAN va a poner una fecha para admitirla, es decir, puede ser un factor de negociación, pero creo que este en este momento no era el momento indicado para poner una fecha”, señala.
“Por eso creo que era irreal el pedido de Ucrania. Era comprensible porque quiere tener más ayuda, ser parte de la alianza, no sentirse sola, pero no era de esperar que la OTAN aceptara. Ahora, eso no quiere decir que la OTAN abandonará a Ucrania, ni dejará de dar ayuda a Ucrania, todo lo contrario, es necesario que le dé más ayuda militar y económica a Ucrania y que esta situación siga incluso si se llega a una a una paz. Pero una entrada formal creo que no conviene en este momento y no ayudaría”, concluye.