Un atacante suicida condujo este lunes un auto cargado de explosivos contra la pared de la residencia oficial del jefe de la policía de Baluchistán, en la ciudad de Quetta, ubicada en el suroeste de Pakistán.
Reportes aseguran que al menos cinco personas murieron, entre ellas un niño, y cerca de 60 resultaron heridas en la explosión, que dejó un enorme cráter.
El estruendo se escuchó en toda la ciudad y causó daños en varios edificios de los alrededores.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque hasta ahora.
El jefe de la policía, Mushtaq Shukhera, resultó ileso.