Más de una docena de científicos de América y Europa se han congregado desde hoy en las islas ecuatorianas de Galápagos para analizar la evolución, la teoría del célebre científico inglés Charles Darwin, inspirada en ese archipiélago. Los científicos acuden a la III Cumbre Mundial de la Evolución que tiene lugar en las también llamadas Islas Encantadas, donde todo está listo para las sesiones de conferencias científicas, según indicó a EFE una fuente de la organización del encuentro.
Entre los expositores se encuentran los españoles Francisco Baquero, del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria; y Roderic Guigó, que lidera el grupo de Análisis del ARN del Centro de Regulación Genómica de la Universidad de Pompeu Fabra.
También los estadounidenses Paul Keim, Rasmus Nielsen, Patricia Parker, Forest Rowher y Charles Snowdown; así como la francesa Marie-Christine Laurel, el mexicano Antonio Lazcano y los ecuatorianos Avelina Espinoza y Guillermo Paz y Miño.
Sin embargo, destaca la participación del israelí Ada Yonath, que obtuvo el Premio Nobel de Química en 2009 por sus trabajos de determinación de la estructura del ribosoma mediante la cristalografía.
LABORATORIO NATURAL El encuentro científico es organizado por la Universidad San Francisco de Quito y tendrá lugar en Puerto Baquerizo, capital de la provincia insular ecuatoriana situada en la Isla San Cristóbal.
El objetivo de la cita, según sus organizadores, es tratar la importancia de la evolución para la humanidad y el planeta, aunque también pretende dar a conocer a las islas Galápagos como un laboratorio dinámico y viviente.
Y es que su rica biodiversidad es considerada un laboratorio natural, que permitió a Darwin desarrollar en el siglo XIX su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.
El archipiélago de las Galápagos, situado a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, abarca una reserva marina y terrestre de 132.000 kilómetros cuadrados.
En 1978 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró como Patrimonio Natural de la Humanidad a las Galápagos, cuyo nombre se debe a las tortugas gigantes que habitan sus islas.