La gente que debe migrar en la región suele estar expuesta a hacerlo varias veces. El proceso puede implicar el retorno a sus países de origen, así como también su readmisión en otros o la búsqueda de posibilidades en nuevos destinos. Con cada movimiento, las personas migrantes se enfrentan a riesgos de violencia, problemas de salud e incluso al desapego de sus afectos. Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han recopilado algunas de estas historias.
Handy Umar. 28 años. Camerún
Tengo 28 años y vengo de Bamenda, Camerún. Era profesora de Biología y Geología en un instituto de bachillerato. En 2020 conocí a mi prometido, quien es pastor de una iglesia y contratista en una ONG local. A él lo acusaron injustamente de ayudar a los separatistas y tuvo que salir huyendo del país, su familia fue torturada y su iglesia clausurada. Actualmente está en Estados Unidos. Yo me fui con él en su viaje hacia Douala y Nigeria, en donde tuvimos que separarnos por cuestiones económicas. Él siguió y yo me quedé en Nigeria hasta 2021. Para poder continuar, tuve que vender mi propiedad en Bamenda. Sin embargo, en un control de las autoridades, en la carretera, me detuvieron porque mi nombre supuestamente aparecía en una lista de personas buscadas. Me pegaron ahí, justo al lado de la carretera, antes de llevarme detenida a un campo del que aún hoy desconozco su ubicación. Mi familia me ayudó pagando la fianza y salí huyendo a Ghana. Desde allí volé a Surinam, pasé por Guyana, Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia y Panamá, en donde ahora me encuentro.
MIRA: Migrar más de una vez y separarse de la familia: así es la vida de miles de personas en América Latina
En la selva del Darién fue difícil. El primer día, saliendo de Necoclí hacia Acandí, me fue bien. Sin embargo, durante el segundo día la gente iba caminando más rápido y me quedé atrás, primero con un grupo de haitianos y luego con uno de venezolanos. El segundo día me caí cuando trepaba una montaña. Caí al agua y me disloqué la rodilla, el dolor era terrible. Quienes iban conmigo no me ayudaron y me quedé atrás. Un grupo de migrantes venezolanos me ayudó después y me acompañaron hasta lograr cruzar el Darién. Tardamos dos semanas. Cuando llegamos a Bajo Chiquito, ya en suelo panameño, me desmayé. En la selva tomé mucha medicación para el dolor y no sé qué reacción me hizo. Estuve en el hospital dos meses, pasé por Covid, perdí todo mi dinero y ahora estoy esperando a que mi prometido me envíe algo de dinero para avanzar y llegar a California, en donde me espera. Queremos un futuro mejor para los dos e iniciar una familia.
Maynor. 30 años. Honduras
Maynor tiene 30 años y es de Honduras. Hace cinco meses salió de Honduras con su familia por amenazas del crimen organizado. Viaja con su esposa y sus hijos de 11, 8 y 5 años. Vendió todo su patrimonio para tener dinero y salir con su familia.
“En el camino nos hemos topado con muchas cosas, mucha corrupción. Por todo nos quieren sacar dinero, siempre me quieren extorsionar. Hemos huido de muchos retenes de policía y migración. En uno de ellos, como no traía dinero para darles, me tiraron mis documentos, mi comprobante de cita y documentos de identidad. Con el poco dinero que tenemos pagamos para dormir en cartones. Cuando nos han detenido me he sentido muy mal porque siento que nos pueden regresar después de todo lo que nos ha costado llegar hasta aquí.
Vivimos un tiempo en Tapachula, México, sin dinero. Nos la hemos jugado bastante, durmiendo en el parque, sin comer. Hace poco nos recibieron en un albergue y logramos estar mejor pero psicológicamente estamos mal, muy mal. Los problemas psicológicos siempre están ahí, no poder dormir, tener depresión y ansiedad. No ha sido nada fácil pero la verdad es que platicar con la psicóloga de Médicos Sin Fronteras en Tapachula me ayudó bastante, pude desahogarme. Es bueno que lo escuchen a uno, es una de las cosas que le ayudan a uno. Todos mis hijos se han enfermado. Estar en Tapachula y conseguir atención médica no es fácil porque nos discriminan mucho. He tenido que salir de mi país varias veces y me han deportado. Esta es la tercera vez que intento llegar a Estados Unidos, ahora con mi familia. Sigo intentándolo porque no puedo volver a Honduras. Mi vida corre peligro. Aquí en México con mi mujer y mis hijos estamos luchando y sufriendo bastante. Hemos pasado bastantes cosas que no le deseo a nadie, pero vamos luchando. A veces consigo comida para mis hijos y ellos me dicen: come, papá. Les digo que ya comí, pero es mentira para que ellos coman. Pasar hambre es muy difícil. Huir de tu país es muy difícil. Saber que no puedes volver es difícil. Hace dos años me deportaron por el Título 42, con mi hijo que tenía apenas seis años. Cuando nos subieron al avión para traernos de regreso, todos íbamos llorando. Nadie quería regresar”.
Karina. 33 años. Colombia
Crucé el Darién porque en Tuluá no tenía un trabajo estable. La situación económica estaba difícil. Yo trabajaba para la rama judicial en el área administrativa, pero hubo un recorte de personal en pandemia y me quedé sin trabajo. Soy madre soltera y tengo dos niños de 14 y 12 años. Los dejé con el papá porque no podía traerlos por acá por todas las noticias que salen. Fue una decisión difícil. El 14 de febrero tuve una lesión en el brazo y viajaba el 15, así que decidí emprender el viaje así. Ya en ruta nos robaron todo el dinero en el camino. Me puse muy mal, también porque sufro de hipertensión y tenía el brazo infectado, salía materia. Desde Bajo Chiquito, en Panamá, un médico dio la orden para que me llevaran al hospital y allá me atendieron. Luego me trajeron a la estación de migrantes, con tornillos en el brazo y tomando medicamentos.
A los que venían atrás de nosotros en el camino no los volví a ver. Una chica, recuerdo, estaba toda golpeada y con moretones. La habían violado. Hubo mujeres que en el camino nos contaron que cuando las robaron les dijeron a los tipos: “violen, pero no nos quiten la plata ni la comida”. Lo decían pensando en sus hijos. Yo pienso en ellos y los extraño.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Condenan a dos oficiales de la Policía colombiana por “inducir” a cadetes a prostituirse
- Biden se burla de la foto policial de Trump: “Un tipo guapo”
- Las misteriosas muertes de varios críticos y opositores de Putin en las últimas dos décadas
- Una foto para la historia y el riesgo de ir preso: ¿por qué el juicio en Georgia es diferente al resto que ha enfrentado Trump?
- Termina la ola de calor en el sur de Francia con cuatro días consecutivos de récord
Contenido sugerido
Contenido GEC