Cleveland. Antes de presentarse a lo que será el primer debate televisivo de los precandidatos a la presidencia de Estados Unidos, el republicano Donald Trump decidió relajarse en una cancha de golf. No tenía pensado hablar de política durante su visita a Escocia, pero finalmente lanzó algunos comentarios.
Cuando sea presidente "voy a unir el mundo", citó a Trump el diario británico "The Guardian". Además, me llevaré muy bien con el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró el precandidato republicano.
Las declaraciones no terminaron allí. Según cita el periódico, Trump aseguró que la diplomacia está sobrevaluada y que, pese a toda corrección política, Estados Unidos es impopular en todas partes. "Todos nos odian", sostuvo.
Las observaciones del empresario dan un anticipo de lo que podría suceder en el primer debate de los republicanos este jueves (9 p.m. en el Perú).
El multimillonario no solo ha escalado a la cima de las encuestas entre los republicanos gracias a sus polémicos comentarios, sino que su lengua afilada también lo ha convertido en el nuevo favorito de los medios de comunicación. No pasa un día sin que Trump sea noticia. El revuelo que semanas atrás desataron los correos electrónicos de Hillary Clinton ya es cosa del pasado. Ahora Trump domina los titulares.
En breve deberá demostrar si así también podrá sobrevivir a un debate real. Trump podría adjudicarse una victoria en Cleveland siempre y cuando utilice argumentos convincentes sin ser demasiado hostil, escribe el "The New York Times".
Debe afirmarse como una voz seria en contra de los otros nueve candidatos que, a diferencia del magnate de Nueva York, ya tienen años de experiencia en estas contiendas.
Sobre todo Jeb Bush, el ex gobernador de Florida, hijo y hermano de dos ex presidentes de Estados Unidos. A pesar de su fuerte aparato financiero -ya recibió donaciones por más 114 millones de dólares- Bush aún no ha podido tomar las riendas. Igualmente sigue siendo uno de los favoritos de los conservadores tradicionales.
Y seguramente, según lo que ya reflejan las encuestas, el duelo más emocionante será el que sostengan Trump, con un 20,8% de aprobación, y Bush, con el 12,2%.
Pero también el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, con un 13,7 por ciento de aprobación entre los votantes tiene un lugar asegurado en el debate de dos horas. Walker debería estar preparado para los embates de Trump. "Wisconsin es un desastre", dijo recientemente el dueño de un multimillonario imperio.
El senador de Florida, Marco Rubio, el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee y el candidato ultraconservador Ben Carson, del Tea Party, estarán casi seguro entre los top 10, al igual que los senadores Rand Paul y Ted Cruz. Mientras, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, todavía tiene que temer por su lugar en el debate.
Durante el encuentro, en el que podrá explayarse poco menos de diez minutos, Trump intentará no enredarse en cuestiones políticas muy específicas. Igualmente, los moderadores de la emisora "Fox News" tratarán de animarlo a no quedarse en la reserva.
"Hasta ahora ha conseguido salir airoso con fuertes críticas y generalizaciones", señala el asesor de campaña Kevin Madden al "New York Times".
Si bien el hombre que lleva el peinado más discutido de Estados Unidos se jacta de que, a pesar de los ofrecimientos de sus asesores, no se prepara en absoluto para el debate, los periodistas de "Fox" querrán sacarle más información que una mera crítica al acuerdo nuclear iraní o a la política exterior del presidente Barack Obama.
Tal vez incluso tenga que dar a conocer su plan secreto y supuestamente "infalible" para derrotar a la milicia terrorista Estado Islámico.
Pero el debate político también puede convertirse en el naufragio del ambicioso empresario en su camino a la Casa Blanca, como lo demostró recientemente su campaña racista contra los mexicanos. Trump ha hecho del ataque a los inmigrantes ilegales mexicanos su principal argumento de campaña. "Los que entren sin papeles deberán ser deportados", insistió el precandidato a CNN.
Entre tanto, haciendo caso omiso del repudio expresado por la comunidad latina y el boicot que le hicieron grandes cadenas televisivas, el multimillonario estadounidense insiste: los inmigrantes latinos sólo llevan problemas a Estados Unidos.
Si bien los 16 precandidatos oficiales republicanos tienen el objetivo común de ir contra Obama y la principal candidata demócrata, Hillary Clinton, durante el debate los diez hombres con mayores posibilidades no escatimarán palabras para dejar mal parado a su contrincante.
La oportunidad para dar su propio mensaje al mundo en esos pocos minutos probablemente sea en un debate de ideas con Trump. "Él es, por naturaleza muy agresivo y está dispuesto a decir cualquier cosa", afirma Newt Gingrich. El ex presidente de la Cámara de Diputados resumió el temperamento de Trump con una simple palabra: "Nitroglicerina".
Fuente: DPA