Desde su casa en Beersheba, en el sur de Israel, el peruano Moshé Tapiero Cohen muestra orgulloso el “pasaporte verde” que certifica que ha completado su proceso de vacunación contra el coronavirus. Cuenta que es uno de los primeros compatriotas en obtenerlo debido a que, por sus enfermedades crónicas, recibió antes las dos dosis del antígeno de Pfizer/BioNTech que se necesitan para lograr la inmunidad.
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Con el 45% de su población vacunada con la primera dosis y más del 20% con la segunda, Israel tiene la mayor tasa de inoculación del mundo. Su estrategia incluye ahora otorgar un certificado de vacunación, llamado “pasaporte verde”, a aquellos ciudadanos que hayan recibido las dos inyecciones.
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“Tenemos dos versiones del pasaporte: una es una pequeña libreta verde y la otra es en formato impreso. Ambas son lo mismo. En el documento están consignados todos los datos de la persona, el tipo de vacuna que recibió, la fecha de cada vacunación y el periodo de vencimiento, que es de seis meses”, dice a El Comercio Moshé, que lleva 12 de sus 49 años en Israel.
Además de no tener que aislarse en caso de contacto cercano con un paciente confirmado, el documento permite entrar en el país después de un viaje al extranjero sin tener que cumplir cuarentena, pero a condición de presentar un test COVID-19 negativo, según informa el Ministerio de Salud israelí.
La idea de implementar “pasaportes de vacuna” que prueben que ciudadanos estén inoculados se ha extendido a la par de las campañas de vacunación. Algunos países que plantean su uso defienden, como Israel, que estos documentos pueden servir para que sus ciudadanos viajen a otras naciones con mayor facilidad.
Tapiero Cohen, que antes de la pandemia se dedicaba al transporte turístico, destaca el nivel de seguridad del “pasaporte verde” israelí –emitido en hebrero e inglés–, pues tiene un código QR para que “cualquier autoridad migratoria en cualquier parte del mundo pueda escanearlo y pueda saber si este documento es original o no. Este código dirige a la base de datos del mismo Ministerio de Salud de Israel para garantizar la inviolabilidad”.
“El ‘pasaporte verde’ permite la libre circulación para que las personas puedan desplazarse por las fronteras sin ningún impedimento”, agrega el peruano.
¿Requisito de viaje?
Israel y Grecia avanzaron el lunes en esa línea. Ambos pactaron un acuerdo que permitirá a sus ciudadanos vacunados que puedan certificarlo puedan viajar entre ellos sin limitaciones, una vez que se reanuden los vuelos.
Sin embargo, cada país que evalúa el tema tiene sus propios reparos y consideraciones.
Esta semana, el Gobierno británico se sumó al debate al afirmar que está dispuesto a facilitar “pasaportes de vacunación” para viajes internacionales si es exigido por otros países, aunque descartó su uso interno.
Días atrás, el ministro británico de Transporte, Grant Shapps, dijo que está en conversaciones con sus homólogos en Estados Unidos y Singapur sobre la posibilidad de crear un sistema de certificación internacional que permita viajar si se está libre del virus.
“Es muy probable que en el futuro haya un sistema internacional para que los países puedan comprobar, potencialmente, si uno ha sido vacunado o se ha sometido a test antes de viajar”, dijo a la BBC Radio 4.
En tanto, Suecia y Dinamarca anunciaron a inicios de febrero que en los próximos meses desarrollarán “pasaportes de vacunación” electrónicos para facilitar los viajes al extranjero, así como para asistir a eventos culturales o deportivos.
Reparos y desafíos
Ante la atención que los “pasaportes de vacunas” están recibiendo de varios países y de la industria turística, el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) expresó esta semana sus dudas por las “insuficientes evidencias sobre la eficacia de las vacunas en la reducción de la transmisión” del virus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó a inicios del año que se opone a que estos documentos sean utilizados como requisito para viajar.
Al opinar sobre la posibilidad de que un sistema de pasaportes de vacunas exista a nivel mundial, Marten Kaevats, asesor del gobierno de Estonia en tecnología, dijo recientemente a la agencia AFP que el principal desafío es garantizar que cualquiera que verifique el certificado pueda “confiar en la fuente”. Agregó que es poco probable que una identificación digital global ordenada y eficiente exista en los próximos meses.
Otra de las preocupaciones es que estos pasaportes puedan causar discriminación.
“El desafío en este momento es crear un documento o aplicación que se acepte en todo el mundo, que proteja la privacidad y que sea asequible para cualquier persona sin importar su nivel económico ni si tiene acceso a teléfonos inteligentes”, afirmó el diario estadounidense “The New York Times”.
“Yo pienso que esto algo positivo porque certifica que uno está protegido y de ese modo podemos circular con más libertad. Claro que esto no nos libra de contagiarnos. Hay que seguir cumpliendo todas las medidas de seguridad. Pero el pasaporte brinda una seguridad. Es una gran medida porque nos va a permitir ir de un punto a otro sin ningún problema”, comenta el peruano Moshé Tapiero.
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