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Los desplazados climáticos son aquellas personas que, ante eventos naturales ocurridos en el mundo, tuvieron que reubicarse. Es decir, a partir de las sequías, inundaciones o huracanes, no les quedó más opción que migrar hacia otras zonas dentro de su país u otras naciones.
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Se trata de un concepto que va de la mano con el cambio climático. “Así que, efectivamente, será la nueva crisis humanitaria”, explica el analista internacional Francesco Tucci.
“Es un fenómeno del que se habla desde hace décadas. Cuando pensamos en él, imaginamos África o Asia. Pero no solo allí encontramos desplazados climáticos. En América Central también hay millones de ellos”.
En efecto, según la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, los desastres naturales del 2020 hicieron que 30.7 millones de personas en más de 140 países tuvieran que desplazarse.
“Es la cifra más alta desde el 2012 y tres veces la cifra de desplazamiento por conflicto y violencia. La crisis climática es la emergencia más acuciante de nuestro tiempo”.
El futuro será peor.
“Unos 216 millones de personas podrían verse obligados a desplazarse dentro de su país por motivos climáticos en el año 2050″, escriben las Naciones Unidas.
Las cifras y el porvenir deberían preocupar a los líderes del mundo que, a partir de este domingo 31, se reunirán en Glasgow, Escocia, por la COP26.
“Pero no creo que se vaya a lograr algo en esa cumbre. Ni se solucionará el problema ni se presentarán recetas para intentar apaciguarlo”, resalta Tucci.
NADIE SE SALVA
El año pasado, en Etiopía, hubo una plaga de langostas “agravada por los efectos del cambio climático”. Más alejados, los huracanes Iota y Eta arrasaron con varias partes de Centroamérica y el Caribe.
Hoy, partes de Washington y Baltimore sufrirán la llegada de una tormenta y se prevé que “podría causar importantes inundaciones”. De igual forma, el sur de Italia sufrirá la llegada de un medicane (la combinación de un huracán y tifón), que ya va matando a dos personas.
Estas noticias son evidencias de que el planeta está en crisis y de que, en un futuro, podrían haber desplazados de todas las nacionalidades.
“Los países del primer mundo tienen los recursos para mitigar los efectos del cambio climático. Al contrario, un país pobre o en vías de desarrollo no tiene cómo atender a su población, así que no la podrá proteger, por lo que los efectos serán más fuertes y evidentes allí”, comenta Tucci.
Y aquí es donde se introduce otro concepto que, hasta el momento, es rechazado por la comunidad internacional: refugiado climático.
“A pesar de que se ha intentado ampliar la protección a los desplazados climáticos, si se reconociera ese término, los países estarían obligados a darles acogida, y eso podría generar problemas de integración y económicos”.
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Eso, en el contexto actual –cuando “los riesgos de desplazamiento por desastres naturales se han duplicado desde 1970″–, sería impensado.
Aunque a priori se pueda pensar que el cambio en la terminología (de desplazado a refugiado) podría ayudar a los más desprotegidos, hay quienes opinan lo contrario.
Por ejemplo, Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, “reconoce el peligro de que un mayor número de solicitantes de asilo derive en menor protección”; es decir, “que se debilite el estatus de refugiado”.
De igual forma, la ambientóloga y doctora en derecho Beatriz Felipe -en conversación con “El País”- sostiene que el término “refugiado” no es exacto.
“A la hora de solicitar asilo en otro Estado se ha de demostrar que el perjuicio es a un individuo, no a un grupo. El daño en estos casos lo suele sufrir una comunidad entera, no una persona sola [...] Es importante buscar las formas de proteger a estas personas sin necesidad de que haya una definición clara”
UN FUTURO TERRIBLE
Según datos del Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno, hasta el 2019, India llevaba la delantera, seguida por Filipinas, Bangladesh, China, Estados Unidos, Irán, Mozambique, Etiopía, Somalia e Indonesia.
Al respecto de este gravísimo problema, Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ha dicho:
“Esta es una prueba más de que los movimientos de refugiados y el problema más amplio de la migración de poblaciones son un desafío global que no puede limitarse a unos pocos países”.
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“Debemos estar preparados para una gran ola de personas que se trasladan en contra de su voluntad [...] No me aventuraría a hablar sobre cifras específicas, es demasiado especulativo, pero ciertamente estamos hablando de millones”.
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