Cuatro personas fueron encarceladas en el norte de China por haber desenterrado cadáveres de mujeres para utilizarlos en una práctica tradicional conocida como matrimonio fantasma.
Los detenidos recibieron penas de cárcel de hasta dos años y medio por haber exhumado diez cadáveres y habérselos vendido a las familias de hombres solteros muertos.
Después de una ceremonia de boda ambos son enterrados juntos en un acto que las familias creen que le dará al hombre una esposa en la otra vida.
Un periódico local informó que la banda ganó con esas prácticas el equivalente a cerca de US$40.000.
Las autoridades comunistas trataron de abolir la práctica, pero ésta persiste en las zonas rurales de algunas provincias del norte.