Ha sido un día de grandes emociones para ambas partes. Amanda Knox apareció ante las cámaras con una voz ahogada por las lágrimas: el juicio penal de casi ocho años ha terminado definitivamente para la estadounidense y para su ex novio, el italiano Raffaele Sollecito. Y los dos han sido absueltos del asesinato de la estudiante británica Meredith Kercher ocurrido en noviembre de 2007 en Perugia.
Así lo decretó en la noche del viernes el Tribunal de Casación italiano en Roma, la máxima instancia de apelación, en una sentencia definitiva.
"Estoy tan agradecida de volver a ser dueña de mi vida", dijo Knox desde su Seattle natal, con dos sentencias de culpabilidad y otras dos absoluciones a sus espaldas, al igual que Sollecito.
Amanda Knox, su ex novio, Raffaele Sollecito, y su madre. (AFP)
Desde su primera absolución en 2011, la joven de 27 años se encuentra de nuevo en su país, Estados Unidos.
Por otro lado está sin embargo la familia de Kercher, conmocionada tras conocer la decisión de la corte. "Sorprendida y en estado de shock" dijo estar la madre de la víctima, Arline. "Fueron condenados dos veces, ¿por qué tiene que cambiar eso ahora?". Y es que tanto a ella como a sus familiares debe resultarles insoportable que pese al largo proceso judicial en Italia, no se haya logrado arrojar luz sobre quién violó y asesinó brutalmente a su hija.
Lo que en realidad ocurrió la noche de autos sigue sin estar claro tras la quinta y última sentencia del caso. Y quizá se quede así para siempre. ¿Por qué fue Meredith asesinada con numerosas puñaladas y por qué le cortaron el cuello? ¿Todo partió de una disputa porque el baño estaba sucio? ¿O sucedió a raíz de peligrosos juegos sexuales con droga de por medio, como se sospechó en un principio?
Rudy Guede, un joven de Costa de Marfil que llegó a Italia de niño, y entre cuyos antecedentes figuran delitos menores, es el único que está en prisión por el caso. Fue detenido en Alemania, cuando intentaba huir, y después condenado en un proceso rápido en Italia a 16 años de prisión por cómplice de asesinato.
Su presencia en el lugar del crimen pudo probarse sin duda, pero los jueces decretaron entonces que Guede no había actuado solo. ¿Pero quiénes lo ayudaron entonces? Si Knox y Sollecito son inocentes, ¿dónde están los otros culpables?
"Aquella noche sigue siendo un misterio", escribía el diario italiano "La Repubblica".
Amanda Knox. (Reuters)
Knox y Sollecito fueron detenidos rápidamente tras el asesinato y condenados en primera instancia a largas penas de cárcel. Los dos estuvieron entre rejas cuatro años antes de que un tribunal de apelaciones levantara la condena.
Knox volvió entonces a Estados Unidos y prometió que no volvería a poner un pie en Italia. Pero el mismo tribunal que ahora levantó la condena, había anulado la absolución en 2013 alegando fallos de procedimiento. A ello le siguió la segunda condena a 28 años y seis meses de prisión para Knox y a 25 años para Sollecito.
Las idas y venidas de la Justicia italiana despertaron la indignación internacional, así como las imperfecciones en el lugar del crimen. Por ejemplo, las huellas de ADN nunca se aseguraron como debía ser y algunos testigos poco claros retiraron más tarde sus declaraciones.
Siguieron roces entre Estados Unidos y Reino Unido por una parte, y con Italia por otra, mientras el diario británico "Independent" vuelve ahora a describir el caso como un "escandaloso error judicial".
Muchos medios estadounidenses vieron en Amanda a la guapa estudiante inocente con la que quería acabar un incapaz sistema judicial italiano. "¿Será arrastrada de nuevo Amanda Knox a Italia?", se preguntaba recientemente la revista "Newsweek" en un artículo en el que la autora -la misma que la de un libro sobre Knox- criticaba la Justicia italiana.
Las largas disputas judiciales en Italia son relativamente frecuentes, ya que un caso puede alargarse con varias apelaciones. "Es posible, no muy frecuente, pero posible", señala a dpa el experto legal y abogado Markus W. Wiget. Muchos delitos prescriben además antes de que se haya dado una sentencia en firme, por lo que los acusados salen impunes. También personas conocidas como el ex primer ministro Silvio Berlusconi se han beneficiado de esta situación.
Los abogados de Knox y Sollecito defendieron desde el principio su inocencia y criticaron que la estadounidense fuera interrogada por las autoridades italianas sin abogado y en una lengua que no dominaba del todo. Pero la propia Knox se puso ella sola en situaciones comprometidas con sus confusas declaraciones: por ejemplo, inculpó falsamente a Patrick Lumumba, dueño de un bar, que después fue puesto en libertad.
Amanda Knox y su ex novio, Raffaele Sollecito. (AFP)