La seguridad en los aeropuertos y en el transporte público está nuevamente en la mira tras los ataques que dejaron más de 30 muertos el martes en el aeropuerto y en el metro de Bruselas.
Las autoridades, no solo en Bruselas, sino en otras partes del mundo, han intensificado las medidas de seguridad en los aeropuertos y en las redes de transporte público.
Agentes de policía y en muchos casos el ejército son visibles patrullando estaciones de trenes y aeropuertos.
Y, sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es si es posible implementar medidas de seguridad que eviten definitivamente estos ataques.
Ya los viajeros se han acostumbrado a los múltiples chequeos de seguridad.
Escaneos, chequeo de los zapatos y límites en la cantidad y el tipo de líquidos con el que se puede viajar han sido el resultado de ataques de diferentes tipos.
Sin embargo, los atacantes del aeropuerto de Zaventem nunca pasaron por esos controles de seguridad.
En toda Europa, las autoridades han intensificado las medidas de seguridad en los aeropuertos. (Foto: Getty Images)
Lo cierto es que en los aeropuertos hay amplios espacios públicos que se escapan a esos controles.
Los aeropuertos están diseñados alrededor de líneas de seguridad. Primero está el chequeo central donde los pasajeros presentan su documentación.
Muchos plantean que la solución es mover la línea de seguridad, como se hace particularmente en el Medio Oriente o en la India, donde se escanea el equipaje y a los pasajeros a la entrada de la terminal aeroportuaria.
Pero esto, según algunos, simplemente movería el riesgo a otro lugar donde se congrega la gente.
"Esto llevaría a que se creen filas fuera de la terminal y se junten multitudes que son entonces un blanco perfecto", dijo a la BBC Norman Shanks, ex jefe de seguridad del aeropuerto de Heathrow.
Perfil de los individuos
Algunos expertos sostienen que la mejor alternativa es organizar la seguridad en torno al perfil de los individuos y el destino al que viajan.
El aeropuerto Ben Gurion, de Tel Aviv, considerado uno de los más seguros del mundo, se rige por este principio.
Los pasajeros son observados e intensivamente escrutados sobre su identidad y hacia donde viajan.
Los atacantes detonaron sus artefactos en la zona del aeropuerto que no está sujeta a controles de seguridad. (Foto: Getty Images)
Pero es un sistema altamente criticado por ser "políticamente incorrecto".
Es, además, altamente intrusivo. Muchos pasajeros se quejan de discriminación y resienten ser cuestionados sobre su vida privada.
Los críticos sostienen que quienes no son de raza blanca y viajan a destinos no occidentales serían el principal objetivo de este escrutinio.
Sin embargo, Philip Baum, autor del libro "Violencia en los cielos: historia de secuestros y ataques con explosivos a los aviones", cree que el mundo debe desestimar esa idea.
La prioridad, según él, es impedir que una persona con explosivos y con un Kalashnikov entre a las terminales aeroportuarias.
Estaciones de trenes
Pero no solo se trata de los aeropuertos.
El reto es aún mayor en las estaciones de trenes y de metro donde excesivas medidas de seguridad puede impedir el flujo normal de las actividades diarias y afectar incluso la economía.
Tras los ataques de julio del 2005 en Londres, las autoridades se centraron en mejorar la inteligencia y solo aumentar la seguridad en las estaciones de trenes y lugares públicos cuando haya una amenaza clara.
Según esta lógica, las medidas pueden reducirse cuando el riesgo disminuye.
El corresponsal de la BBC Richard Westcott señala que, para muchos expertos, aumentar la vigilancia es la respuesta más adecuada.
Según este enfoque, lo mejor es saber de antemano que el ataque es inminente mediante el aumento de la vigilancia secreta y redes de informantes.
Y aún si hubiera forma de proteger a los viajeros, no faltan lugares públicos donde confluye mucha gente, que también podrían convertirse en blanco.