LUIS SILVA NOLE @Lucho_Silva

Apenas se empiezan a despojar de sus buzos y aparece la franja roja que caracteriza a los seleccionados peruanos, las bocas se abren automáticamente en el estadio atlético de la Villa Deportiva Nacional (Videna), en San Luis. Los deportistas juveniles no lo pueden creer: dos personas, que bien pueden ser sus abuelos, posan para las cámaras de El Comercio con medallas de oro en el pecho.

Se trata de los limeños Julia Huapaya Martínez, de 86 años, y Eugenio Mejía Julca, de 92. Sí, leyó bien: base 8 y 9. Y aún tienen cuerda en el deporte base, según ambos confiesan. Esas preseas doradas están calientitas, recién salidas del horno del Vigésimo Campeonato Mundial de Atletismo Máster, llevado a cabo entre el 16 y el 27 del mes pasado en Porto Alegre, Brasil.

En la cita, organizada por la World Masters Athletics, y en la que participaron atletas de 35 años a más, el Perú cosechó 10 medallas de oro, 1 de plata y 4 de bronce, y se ubicó en el puesto 16 del medallero final, entre 57 países. Huapaya, Mejía y el arequipeño Hugo Delgado Flores, de 89 años, fueron los integrantes más veteranos del equipo peruano.

“Había estado en muchos campeonatos sudamericanos masters, pero esta fue mi primera vez en un mundial. Suponía que el nivel iba a ser muy fuerte. Y así fue, pero mi preparación funcionó”, dice Eugenio, quien ganó en Brasil los discos dorados de salto largo y triple de la categoría 90-94 años.

Eugenio ha perdido la cuenta de sus medallas logradas en sudamericanos máster, pero no olvida que llevó la antorcha durante la inauguración del Estadio Nacional, en 1952, cuando era parte de la selección nacional de mayores de atletismo.

De joven, lo suyo eran las pruebas de fondo: 1.500, 5.000 o 10.000 metros planos. Sin embargo, luego se dedicó solo a trabajar en varias compañías cementeras, hasta que en 1987 retornó al deporte base y se especializó en saltos.

El campeón, con siete hijos, 22 nietos y 23 bisnietos, se autocalifica como un jubilado dedicado al deporte. Entrena tres veces por semana con la Liga de Barranco, en el estadio Gálvez Chipoco. “Lo atractivo del atletismo es que en su práctica uno busca superarse a sí mismo”, manifiesta el atleta.

“A los setentones, ochentones o noventones les digo que hagan caminatas y ejercicios. El deporte mantiene la buena salud”, agrega Eugenio.

Igual piensa Julia Huapaya, con tres hijos, tres nietos y un bisnieto. “Estoy en el atletismo desde 1947, y no lo dejo. Me relaja, me desestresa. Haré deporte hasta que Dios quiera”, dice la ama de casa y maestra de lanzamientos de la Asociación Estadio La Unión (AELU), en Pueblo Libre.

La atleta, ex seleccionada de mayores y varias veces campeona mundial máster, se trajo de Porto Alegre los oros en disco, bala, martillo (en dos modalidades) y pentatlón de la categoría 85-89 años. Gracias a los mundiales de veteranos, también ha conocido Estados Unidos, Italia, Sudáfrica, Puerto Rico, Inglaterra y Australia.

“Nada de depresiones en la vejez, señores. ¡Energía! ¡Para adelante! No tienen que hacer deporte competitivo. Basta con que bailen en casa a diario y sean felices”, aconseja Julia.

María Letts, integrante de la directiva de la Federación Peruana de Atletismo, reconoce que, pese a estos resultados, el tema organizativo en máster aún no ha levantado vuelo en el país. “Estos oros nos impulsan a ordenar la casa”, dice Letts.

FALTA APOYO CON PROPIOS RECURSOS Los deportistas peruanos que participaron en el Mundial de Atletismo Máster de Porto Alegre viajaron a esa ciudad brasileña con sus recursos y los de sus familiares.

PIDEN AUSPICIO “Esperamos que algunas empresas nos ayuden en los viajes”, señala la campeona Julia Huapaya.