La capital de , Bruselas, trataba el miércoles de volver a la normalidad, pese a que se mantiene el nivel máximo de alerta terrorista, con la reapertura de sus líneas de metro y de las escuelas bajo estrecha vigilancia policial.

"Había decidido no llevar a mis hijos al colegio esta mañana, pero cambié de opinión ayer por la noche durante la cena. La vida continúa", confió un padre de 47 años mientras llevaba a sus dos hijos a la escuela.

"Uno de mis hijos me dijo que no quería que le dispararan, pero le dije que había militares para protegerlo, que no pasaría nada", dijo, un poco intranquilo.

Las autoridades decidieron mantener la alerta de ataques terroristas en su máximo nivel en Bruselas hasta el próximo lunes, considerando que la amenaza eera "seria e inminente", pero optaron por reabrir las escuelas, cerradas el lunes y martes, y, progresivamente, la red de metro, cerrada desde el sábado.

Unos 300 policías adicionales, enviados del resto del reino, fueron movilizados para proteger las escuelas de Bruselas, además de los que ya están desplegados en la capital. La policía no quiso comunicar cuántos uniformados están desplegados.

Delante del liceo francés de Bruselas, situado en un barrio distinguido del sur de la capital, soldados armados montan guardia durante la llegada de más de 2.000 alumnos.
"No estamos para nada tranquilos", dicen Karole y Candice, que acaban de dejar a sus hijos escolarizados en la escuela primaria de este establecimiento.

Como muchos otros, se preguntan: ¿Por qué las escuelas están abiertas este miércoles cuando estuvieron cerradas el lunes y martes, y esto cuando el nivel de amenaza se mantiene en su máximo?

Karol y Candice decidieron en todo caso comprar teléfonos celulares para sus hijos "para permanecer en contacto" durante el día.

Nadia, madre de un niño de 11 años y de una niña de 9, dejó a sus hijos en una pequeña escuela comunal de Haren, un barrio alejado del sur de Bruselas. "Estamos tranquilos, pero miramos alrededor. Todo el mundo es sospechoso. Nosotros, los musulmanes, también somos un objetivo", dijo.

"Puse un dibujo animado esta mañana para poder escuchar las informaciones en la cocina", contó. "Así no tiene miedo, porque francamente, es peligroso", agregó.

Nathalie, que vive en el barrio, lamenta no haber podido entrar en la clase de jardín de infantes para acompañar a su hija: "Reglas oficiales", le dijo el director.

"Tuve pesadillas toda la noche", reconoce Fatima, madre de una niña también escolarizada en el jardín de infantes.

En las calles de Bruselas, el flujo de vehículos se reanudó este miércoles, provocando el regreso de los tradicionales embotellamientos.

El metro, cerrado desde el sábado, volvió a funcionar esta mañana, pero sólo algunas líneas, y cerrará a las 22H00 (21H00 GMT) en vez de medianoche.

"Había una afluencia normal", constató Muriel, que utilizó el metro para ir a su trabajo. "Pero la gente parecía más replegada sobre sí", constató.

"Keep calm and carry on" (Conserve su calma y continúe) escribió en su portada el diario La Libre Belgique, recuperando para la situación el lema del gobierno británico durante la Segunda Guerra Mundial.

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