Voluntarios del cuerpo local de bomberos en labores de desinfección en la residencia Nuestra Señora de las Mercedes de El Royo, en Soria, España, durante la pandemia del Covid-19. Abril del2020. (Foto: Olmo Calvo/MSF)
Fin de Año | Médicos sin Fronteras | 2020 | Año Nuevo
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Fin de Año | Médicos sin Fronteras | 2020 | Año Nuevo

  • Voluntarios del cuerpo local de bomberos en labores de desinfección en la residencia Nuestra Señora de las Mercedes de El Royo, en Soria, España, durante la pandemia del Covid-19. Abril del2020. (Foto: Olmo Calvo/MSF)
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    Voluntarios del cuerpo local de bomberos en labores de desinfección en la residencia Nuestra Señora de las Mercedes de El Royo, en Soria, España, durante la pandemia del Covid-19. Abril del2020. (Foto: Olmo Calvo/MSF)

  • Souleman fue rescatado el 23 de agosto de un bote de goma, junto con su esposa Layla y su hijo Cillian de 2 años, durante el viaje inaugural del Sea-Watch 4, barco de búsqueda y rescate operado por MSF en conjunto con Sea Watch en el Mar Mediterráneo. En la foto, se encuentran en un ferry de cuarentena en Palermo, Sicilia. Septiembre de 2020. (Foto: Hannah Wallace Bowman/MSF)
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    Souleman fue rescatado el 23 de agosto de un bote de goma, junto con su esposa Layla y su hijo Cillian de 2 años, durante el viaje inaugural del Sea-Watch 4, barco de búsqueda y rescate operado por MSF en conjunto con Sea Watch en el Mar Mediterráneo. En la foto, se encuentran en un ferry de cuarentena en Palermo, Sicilia. Septiembre de 2020. (Foto: Hannah Wallace Bowman/MSF)

  • Los equipos de MSF y SOS MEDITERRANEE durante un ejercicio de simulación de búsqueda y rescate en el mar entre Marsella y el Mediterráneo central. Febrero de 2020. (Foto: Anthony Jean)
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    Los equipos de MSF y SOS MEDITERRANEE durante un ejercicio de simulación de búsqueda y rescate en el mar entre Marsella y el Mediterráneo central. Febrero de 2020. (Foto: Anthony Jean)

  • Así era la maternidad del hospital Dasht-e-Barchi, al oeste de Kabul, Afganistán, en un día normal de funcionamiento. La foto fue tomada en diciembre de 2019. El 12 de mayo de 2020, un número desconocido de atacantes asaltaron esta maternidad con explosiones y disparos que duraron horas. Durante el ataque, 16 madres fueron asesinadas a tiros. Una partera de MSF, dos niños de 7 y 8 años, y otras seis personas presentes en el momento del ataque también murieron. (Foto: Sandra Calligaro)
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    Así era la maternidad del hospital Dasht-e-Barchi, al oeste de Kabul, Afganistán, en un día normal de funcionamiento. La foto fue tomada en diciembre de 2019. El 12 de mayo de 2020, un número desconocido de atacantes asaltaron esta maternidad con explosiones y disparos que duraron horas. Durante el ataque, 16 madres fueron asesinadas a tiros. Una partera de MSF, dos niños de 7 y 8 años, y otras seis personas presentes en el momento del ataque también murieron. (Foto: Sandra Calligaro)

  • Abu Siddik (izquierda) es del estado de Rakhine en Myanmar. Vive con su familia en uno de los campamentos en el distrito de Cox's Bazar, en el sureste de Bangladesh, donde alrededor de 860.000 refugiados rohingya están apiñados en 26 kilómetros cuadrados de tierra. Aquí, está en el hospital de MSF en Kutupalong con su hijo de cinco años, Rashid Ullah. El hospital ha prestado servicios a refugiados rohingya y a la comunidad local de Bangladesh desde su apertura en 2009. Agosto de 2020. (Foto: Hasnat Sohan /MSF).
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    Abu Siddik (izquierda) es del estado de Rakhine en Myanmar. Vive con su familia en uno de los campamentos en el distrito de Cox's Bazar, en el sureste de Bangladesh, donde alrededor de 860.000 refugiados rohingya están apiñados en 26 kilómetros cuadrados de tierra. Aquí, está en el hospital de MSF en Kutupalong con su hijo de cinco años, Rashid Ullah. El hospital ha prestado servicios a refugiados rohingya y a la comunidad local de Bangladesh desde su apertura en 2009. Agosto de 2020. (Foto: Hasnat Sohan /MSF).

  • Yvonne y su hijo Maxime en la sala de sarampión del hospital Bossangoa, en República Centroafricana. Ella reconoció los síntomas de su hijo de la última epidemia, cuando ella era una niña. Yvonne comenta que la medicina tradicional era la única opción en ese momento, ya que no había ONG, médicos ni hospitales en la región. Aunque la situación ha mejorado, Yvonne dice que no es suficiente y que los niños siguen muriendo en su comunidad. Marzo de 2020. (Foto: James Oatway)
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    Yvonne y su hijo Maxime en la sala de sarampión del hospital Bossangoa, en República Centroafricana. Ella reconoció los síntomas de su hijo de la última epidemia, cuando ella era una niña. Yvonne comenta que la medicina tradicional era la única opción en ese momento, ya que no había ONG, médicos ni hospitales en la región. Aunque la situación ha mejorado, Yvonne dice que no es suficiente y que los niños siguen muriendo en su comunidad. Marzo de 2020. (Foto: James Oatway)

  • Hamza tiene cuatro años, está recibiendo tratamiento para heridas en el punto médico de MSF en Beirut después de la explosión del 4 de enero. El equipo proporciona cuidados de heridas (apósitos), consultas rápidas para personas con enfermedades no transmisibles, así como primeros auxilios psicológicos. Agosto de 2020. (Foto: Mohamad Cheblak/MSF)
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    Hamza tiene cuatro años, está recibiendo tratamiento para heridas en el punto médico de MSF en Beirut después de la explosión del 4 de enero. El equipo proporciona cuidados de heridas (apósitos), consultas rápidas para personas con enfermedades no transmisibles, así como primeros auxilios psicológicos. Agosto de 2020. (Foto: Mohamad Cheblak/MSF)

  • Unidad de cuidados intensivos del hospital universitario de Ginebra, Suiza, donde MSF apoyó la respuesta al Covid-19. Abril de 2020. (Foto: Nora Teylouni /MSF)
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    Unidad de cuidados intensivos del hospital universitario de Ginebra, Suiza, donde MSF apoyó la respuesta al Covid-19. Abril de 2020. (Foto: Nora Teylouni /MSF)

  • Edificios abandonados y destruidos en el distrito de Ariha. Ubicado en el sur de Idlib, Siria, se ha convertido en una ciudad fantasma mientras los civiles huían hacia la frontera turca debido a los ataques. Febrero de 2020. (Foto: Muhammed Said/Agencia Anadolu vía MSF)
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    Edificios abandonados y destruidos en el distrito de Ariha. Ubicado en el sur de Idlib, Siria, se ha convertido en una ciudad fantasma mientras los civiles huían hacia la frontera turca debido a los ataques. Febrero de 2020. (Foto: Muhammed Said/Agencia Anadolu vía MSF)

  • María Turcios y sus cinco hijos nadaron para salvar sus vidas el 31 de mayo durante la tormenta tropical Amanda, en El Salvador. El agua llegó al techo de su casa y rompió las bisagras de la puerta. Junio de 2020. (Foto: Victor Peña/El Faro vía MSF)
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    María Turcios y sus cinco hijos nadaron para salvar sus vidas el 31 de mayo durante la tormenta tropical Amanda, en El Salvador. El agua llegó al techo de su casa y rompió las bisagras de la puerta. Junio de 2020. (Foto: Victor Peña/El Faro vía MSF)

  • Refugiados y solicitantes de asilo que abandonan el campo de Moira, en Lesbos, Grecia, el día después de que un incendio que destruyó la mayoría del campo de refugiados. Septiembre de 2020. (Foto: Enri CANAJ/Magnum vía MSF)
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    Refugiados y solicitantes de asilo que abandonan el campo de Moira, en Lesbos, Grecia, el día después de que un incendio que destruyó la mayoría del campo de refugiados. Septiembre de 2020. (Foto: Enri CANAJ/Magnum vía MSF)

  • Mohamed, de Mali, vive en Libia desde 2015. Quiere regresar a Mali pero no tiene suficiente dinero. Vino para escapar del conflicto en su país y encontrar trabajo para mantener a su familia. Es peón del municipio pero, como su trabajo está mal pagado, también recoge chatarra en un basurero. Enero de 2020. (Foto: Giulio Piscitelli)
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    Mohamed, de Mali, vive en Libia desde 2015. Quiere regresar a Mali pero no tiene suficiente dinero. Vino para escapar del conflicto en su país y encontrar trabajo para mantener a su familia. Es peón del municipio pero, como su trabajo está mal pagado, también recoge chatarra en un basurero. Enero de 2020. (Foto: Giulio Piscitelli)

  • En el marco de la pandemia del nuevo coronavirus, un trabajador del sistema de salud municipal de Brasil habla con una familia durante las visitas a domicilio que se realizaron a orillas del lago Mirini, en la región amazónica de Brasil. Julio de 2020. (Foto: Diego Baravelli)
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    En el marco de la pandemia del nuevo coronavirus, un trabajador del sistema de salud municipal de Brasil habla con una familia durante las visitas a domicilio que se realizaron a orillas del lago Mirini, en la región amazónica de Brasil. Julio de 2020. (Foto: Diego Baravelli)

  • Un residente del campo para desplazados internos en Bama, estado de Borno, Nigeria, corta leña. Es un bien preciado para muchas personas desplazadas en Borno y, a menudo, se intercambia por alimentos y otros artículos esenciales. Sin fuego y combustible, las personas que viven en los campamentos no pueden cocinar las raciones de alimentos que reciben. Diciembre de 2019. (Foto: Scott Hamilton/MSF)
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    Un residente del campo para desplazados internos en Bama, estado de Borno, Nigeria, corta leña. Es un bien preciado para muchas personas desplazadas en Borno y, a menudo, se intercambia por alimentos y otros artículos esenciales. Sin fuego y combustible, las personas que viven en los campamentos no pueden cocinar las raciones de alimentos que reciben. Diciembre de 2019. (Foto: Scott Hamilton/MSF)

  • Dos años después del asedio a la ciudad sureña de Marawi, en Filipinas, los niños desplazados juegan en los campos abiertos cerca del refugio temporal en Sagunsungan, Lanao del Sur. Enero de 2020. (Foto: Veejay Villafranca)
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    Dos años después del asedio a la ciudad sureña de Marawi, en Filipinas, los niños desplazados juegan en los campos abiertos cerca del refugio temporal en Sagunsungan, Lanao del Sur. Enero de 2020. (Foto: Veejay Villafranca)

Redacción EC
Redacción EC

El 2020 ya quedó atrás, un año marcado sin duda por la pandemia de que hasta la fecha ha contagiado a más de 83 millones de personas en el mundo. Sin embargo, además del coronavirus cada rincón del planeta vivió diferentes crisis que fueron desde la alargada ola migratoria y de refugiados, hasta conflictos armados o desastres naturales.

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Pese a ello, un factor en común que se mantuvo en estos difíciles contextos fue la presencia de diferentes equipos, como los de Médicos sin Fronteras (MSF) quienes pudieron brindar atención médica a los más necesitados bajo condiciones extremas.

La organización internacional, además, capturó diferentes imágenes durante sus misiones gracias al lente de fotógrafos del MSF y otros fotoperiodistas, cuyo trabajo permite visibilizar y dar testimonio de la situación de muchas poblaciones atrapadas en las distintas crisis humanitarias que se produjeron durante estos últimos 12 meses.

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