La pandemia de COVID-19 no solo confinó a millones dentro de sus casas con el temor de un contagio o hizo que muchos perdieran a sus familiares, sino que obligó a que las celebraciones de matrimonios quedaran canceladas. Es así que un gran número de novias tuvo que postergar su enlace; sin embargo, una mujer en China sobrepasó todos los límites y tuvo la peor reacción luego que la tienda donde mandó a hacer su vestido se negara de devolverle el adelanto de dio. ¿Qué hizo? Apareció con unas tijeras y destrozó 32 trajes de los colgadores. Aquí te contamos todos los detalles de esta historia que se volvió viral y que es digna de un episodio del reality ‘Novias neuróticas’ u ‘Operación boda’.
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La joven acudió en abril de 2021 a un reconocido local en Chongqing, provincia situada en el suroeste del país, para empezar la búsqueda del atuendo color blanco que la haría lucir más hermosa que nunca en su gran día. Hasta ese momento la boda estaba planeada para el 5 de octubre y entregó un adelanto de 3.500 yuanes (unos 550 dólares); sin embargo, pasaron los meses y volvió en agosto para decirle a la vendedora que estaba embarazada y ya no se casaría. Ahí empezó una ‘guerra’ con consecuencias fatales.
Novia perdió el control frente a los vestidos
Según informó el medio chino Jiupai News, la novia retornó a la tienda en noviembre para decir que definitivamente ya no se casaba por lo que quería que le devuelvan el dinero que dio de adelanto. Ante esto, los encargados del negocio le manifestaron que “el depósito no era reembolsable. Podemos arreglarlo para la fiesta del bebé”.
Todo parecía indicar que la solución dada por la tienda era lo mejor y la clienta lo aceptó, pero luego no fue del agrado de la novia embarazada quien planeó al milímetro su ‘venganza’. El pasado 9 de enero la clienta entró al local con unas tijeras en mano y cortó 32 vestidos que estaban expuestos. Las imágenes de las cámaras de seguridad no tardaron en llegar a Twitter donde se volvió viral.
La venganza le costó caro
La mujer estaba totalmente desesperada y mientras rompía todo a su paso, el dueño le pedía que parara, pero nunca fue escuchado. La policía llegó y detuvo a la joven que ahora tiene una deuda de 67.400 yuanes (más de 10.500 dólares) por todos los daños ocasionados.
Pasado el arranque de desesperación, ella retornó a la tienda para pedir disculpas y asegurar que iba a pagar todos los vestidos rotos, pero el establecimiento prefirió demandarla hasta tener una compensación económica acorde a las pérdidas.