Nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, actual Macedonia, que en ese entonces formaba parte de Albania. Fue bautizada con el nombre de Agnes Gonxha Bojaxhiu. Agnes, en español es Inés y Gonxha significa “capullo de rosa o pequeña flor”. A los 18 años dejó su hogar para ir a Irlanda e ingresó en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, más conocida como Hermanas de Loreto.
Tomó el nombre de Teresa en honor a Santa Teresa de Lisieux, Patrona de las misiones y Doctora de la Iglesia. Llegó a Calcuta un 6 de enero de 1929, fiesta de la Epifanía o bajada de reyes para trabajar como maestra. El 24 de mayo de 1937, fiesta de María Auxiliadora, realizó su profesión perpetua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”.
La figura pequeña y aparentemente débil de la Madre Teresa de Calcuta conmovió a todo el mundo desde que empezó a ser conocida como la madre de los más pobres, la mujer que con tanta fortaleza y seguridad dedicó su vida a los abandonados. Para ella todos los seres humanos eran iguales.
Una vida llena de oración, sacrificio y felicidad: un corazón limpio que en todos encontraba a un hermano; una voz débil que hablaba con la seguridad de ser una llamada que despertaba en todos el derecho a una vida digna, el respeto a la vida, la alegría de la entrega. Gonxha Agnes Bojaxhiu o La Madre Teresa de Calcuta, estuvo cuatro veces en el Perú, donde no solo se reunió con autoridades sino que también tuvo contacto con gente pobre y brindó mensajes de aliento y paz durante toda su visita.
La primera llegada al Perú de la llamada 'Madre de los pobres se dio en octubre de 1973, cuando fundó el Hogar de la Paz de las Misioneras de la Caridad en La Parada (La Victoria). En 1979 haría su segunda visita, pero esta vez su destino sería Chimbote, donde en el marco de sus labores de caridad, fundó el 'Hogar para mujeres abandonadas'.
Durante su tercera y cuarta visita, en 1982 y 1989, la Madre Teresa de Calcuta llegó para reunirse con los presidentes Fernando Belaúnde Terry y Alan García Pérez, respectivamente. En aquella época, cuando el terrorismo se apoderaba del país, la popular "Madre de los pobres" dejó un gran mensaje, “Voy a rezar para que ustedes puedan amarse unos a otros. Puedan empezar a perdonar. Cuando uno perdona, hay paz y, donde hay paz, reina el amor y la alegría", indicó durante su última visita.
En esa oportunidad participó en el IV Congreso Internacional de la Teología de la Reconciliación, además de compartir gratos momentos con habitantes del pueblo joven de Gambetta Baja en el Callao. La llegada de la madre Teresa de Calcuta emocionó a los peruanos y dejó un poco de paz en medio del flagelo terrorista de aquellos años.