'La Tremenda Corte' fue considerado, por muchos conocedores en la materia, como una exitosa comedia radiofónica y televisiva producida en Latinoamérica en aquella época, y rescataba lo mejor de la particularidad popular cubana. En ella destacaban, con sendos papeles protagónicos, Leopoldo Fernández (Tres Patines) y Aníbal de Mar (el Tremendo juez).
El éxito del programa hizo que se creara una versión adaptada a la televisión, y tiempo después, 'La Tremenda Corte' fue uno de los primeros programas cómicos televisivos que se exportaron desde México hacia diversos países de América.
A mediados de 1969, Panamericana Televisión (canal 5) compró los 260 capítulos filmados y los derechos de 'La Tremenda Corte' a la Cadena TIM; entonces, ellos contrataron por una corta temporada a Leopoldo Fernández para otra alternativa del programa, llamada 'El Guardia Tres Patines'.
Allí, Fernández encarnaba a un policía distraído y olvidadizo; su jefe era Antonio Salim (el sargento 'Bonifacio Palomino'), junto a otros excelentes cómicos peruanos del medio, como Jorge Montoro y Anita Saravia. Una última adaptación para Perú fue en 1970, 'Tres Patines en su salsa, programa humorístico también, del que no se conserva mucho material audiovisual. Con este espacio el artista se retiró de Lima.
Finalmente, los actores originales de la serie nunca volvieron a reunirse. El desaparecido actor cubano que vivió y vivirá eternamente en el blanco y negro, dejó para la posteridad una de las series más hilarantes y jocosas en la historia de la pantalla chica, y ahora mismo podría disputarle el horario estelar a cualquier programa cómico de la actualidad.
Ganarles por varios cuerpos de ventaja no sería un trabajo muy duro para el protagonista de 'La Tremenda Corte', dado a sus tremenda dotes artísticas y al carisma tan elocuente que poseía. Vividor pero simpático, 'Tres Patines' era un caradura de marca mayor, que no hallaba mayor pretexto para justificar sus fechorías que el amor a su “mamita”, por la que hacía cualquier cosa, así sea dejar sin un “quinto” a sus ocasionales compañeros de aventuras.
Al quimboso y contoneado cubano siempre terminaban llevándolo a la corte, donde lo esperaba un implacable juez que a veces sucumbía a sus ocurrencias, pero que siempre lo condenaba a la reja, con una sentencia en rima. 'Tres Patines' nos dejó en la retina, esa gracia y esa facilidad para 'robarnos' una sonrisa y por que no, hasta una carcajada con sus hilarantes actuaciones. ¡Cosa más grande de la vida; Chico!