El mundo de los postres es bastante estricto en la mayoría de sus métodos. Las recetas se deben seguir al pie de la letra y se tienen que respetar las cantidades y los ingredientes a la perfección para que el resultado sea el más óptimo. Pese a que haya procesos que luzcan inútiles y un tanto burocráticos, estos tienen funciones importante que no deberían pasar desapercibidas.
MIRA: ¿Cuál es la diferencia entre harina preparada y sin preparada?
Cernir o tamizar la harina es uno de ellos. Este procedimiento consiste en pasar la harina y otros ingredientes como la maicena, el polvo de hornear, el bicarbonato y el cacao a través de un tamiz o colador, mientras caen sobre el bowl en que se va a batir la mezcla. Para algunos principiantes en la cocina parecerá algo totalmente innecesario, pero la verdad es que es un paso muy importante.
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En principio, la principal función de cernir o tamizar los ingredientes secos es evitar que queden grumos en la masa. Generalmente, las harinas se guardan en zonas con algo de humedad, y estas comienzan a formar pequeñas bolitas que luego son difíciles de deshacer si ya se encuentran junto a los demás ingredientes de la receta. Por eso, al cernir este alimento, se evita que pasen estas formas indeseadas.
De la misma forma, cernir la harina ayuda a separar bien cada partícula e incorporar aire, esto ayuda a que la mezcla sea más ligera, quede mucho más esponjosa y crezca. De hecho, es importante revisar la cantidad de la harina antes de hacer la masa. Si la receta indica que se necesitan tres tazas de harina tamizada, no pueden pesarse las tres medidas y luego tamizarla, pues el volumen no será el mismo.
Asimismo, cuando la harina es de dudosa procedencia o lleva demasiado tiempo almacenada, es probable que tenga algún bichito. Allí es mucho más importante el tamizado, pues evita que estos agentes desagradables formen parte de la preparación. Finalmente, si la misma se tamiza junto con los otros ingredientes secos, se ayuda a que todos se integren mucho mejor y el resultado será óptimo.
¿Por qué no usar un batidor?
Muchos tienen acostumbrado integrar todos los ingredientes secos o en polvo con un simple batidor de varillas o también llamado globo, pues prefieren no ensuciar tantos utensilios y recurrir a métodos un poco menos tediosos. Esta herramienta puede juntar los ingredientes y separar los grumos de mayor tamaño, pero no ayudará a desintegrar los más pequeños ni evitará que caigan impurezas en la masa.
Además, si se trata de masas delicadas para postres refinados, es necesario que la harina sea tratada de la mejor manera. Si se tiene la confianza de que la harina adquirida es de excelente calidad y es fresca, quizás el tamizado pueda obviarse o ser menos riguroso. Sobre todo, si se trata de preparaciones sencillas con pocos ingredientes y de rápida elaboración como un bizcocho de vainilla o plátano.
Diferencia entre harina preparada y harina sin preparar
Antes de preparar una receta lo primero que vemos son los ingredientes para así verificar si los tenemos disponibles en la alacena o si hay que ir a comprar alguno. Es aquí donde nos topamos con la harina preparada y sin preparar. ¿Exactamente qué son y qué las diferencia? ¿Se puede distinguir a simple vista?
Hay que empezar indicando que todos los tipos de harina están elaborados con trigo y la desigualdad está en su contenido en proteínas.
Harina preparada
Esta es la recomendada para la repostería y para poder elaborar los deliciosos queques, magdalenas o tortas. Esta harina es leudante porque contiene entre sus ingredientes levadura seca, lo que permite la elaboración de distintos postres. Ofrece un mejor resultado pues hace que la masa crezca más rápido.
En algunos países se puede encontrar también bajo el nombre de harina para bizcochos, pasteles, kekes, buñuelos, turrones, pan.
Harina sin preparar
Esa conocida mundialmente como la harina todo uso y la más versátil, pues con ella se elaboran empanadas, salsa blanca, platos que no generen reposo, entre otras delicias. Se caracteriza porque no contiene levadura. En caso se requiera implementar este ingrediente, lo puede hacer, siempre dejándolo reposar para que su efecto sea mucho más rápido.
Cómo saber si la harina ya caducó
Durante estas semanas de cuarentena el espacio de la casa que ha tenido más acogida ha sido la cocina, pues según se aprecia en las redes sociales, la gran mayoría de personas están aprovechando el tiempo para preparar deliciosos postres y platillos. Un buen número de estas recetas tienen como ingrediente principal a la harina, un polvo fino que se obtiene del cereal molido y de otros alimentos ricos en almidón.
¿Cómo puedo saber si la harina que tengo en casa ya caducó? Es simple, solo debes olfatearla, es decir, que si huele a rancio, significa que ya no debes usarla más. Mucho tiempo después de su fecha de vencimiento, este alimento comenzará a desprender este aroma y. en el peor de los casos, aparecerán algunos insectos.
A continuación te compartimos cuántos días duran los diferentes tipos de harinas después de la fecha de caducidad y cómo conservarlas. ¡Toma nota!
¿Cuánto tiempo dura la harina después de la fecha de vencimiento?
La harina de trigo, que es la más utilizada en la cocina, puede llegar a durar de seis a ocho meses después de la fecha de vencimiento que indica su empaque. Mientras que la harina de trigo integral, es mejor consumirla durante los seis meses después.
La harina de arroz y de papa pueden durar de seis a ocho meses, la leudante, aquella que viene complementada con algún tipo de levadura, solo de cuatro a seis meses, mientras que la de maíz puede durar de uno a dos años. Estos tiempos pueden variar, ya que mucho dependerá la forma de conservación.
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