En verano se disfruta al máximo de la playa o piscina, pero si no se usa protector solar, la insolación puede arruinar los buenos momentos. Este producto no solo debe ser aplicado sobre la piel cuando se acude a estos lugares, sino mientras se camina por la calle, parque o se está sentado en un restaurante. Y es que los rayos del sol son altamente dañinos y no solo en el rostro o brazos, sino también en las extremidades inferiores, ¿por qué debes colocarte bloqueador en los empeines y plantas del pie? Desde Mag te traemos la respuesta.
Su aplicación en el rostro, ya sea en la temporada de más calor o invierno, ayuda a protegernos de los rayos solares que causan envejecimiento prematuro de la piel que se traduce en pérdida de firmeza, elasticidad y la aparición de arrugas; sin embargo, es vital que también se eche en otras zonas, sobre todo en las que descubrimos al usar prendas más ligeras.
¿Y qué hay de los pies? Pues estuvieron por mucho tiempo cubiertos por medias o zapatos cerrados y ahora al estar expuestos se pueden perjudicar.
¿Por qué usar protector solar en los pies?
Cuando vamos a la playa, piscina o usamos sandalias, la piel de nuestro pie queda expuesta al sol, por lo que es necesario aplicarnos bloqueador en dicha zona. Y es que muchas veces solo extendemos el producto hasta el tobillo. Se recomienda aplicar también en la planta del pie, ya que cuando estamos boca abajo tomando sol esta parte queda expuesta a la radiación.
Al hacerlo no solo estaremos evitando quemaduras producto de una prolongada exposición al sol, sino también posibles patologías dérmicas como el melanoma, una de las causa más frecuente de mortalidad por cáncer de piel.
Lo ideal es usar una crema solar con alto contenido en protección UV y echarla en los pies y planta antes de la exposición al sol y repetir aplicaciones a lo largo del día, así haga mucho calor o el día esté nublado.
¿Qué cuidados tener con los pies en verano?
- Aplícate crema hidratante en la noche, tanto en los pies como talones, así no se verá agrietados y descuidados. Lo recomendable es una especial para los pies, con base de urea y lanolina.
- Elige un buen calzado que evite la transpiración como las sandalias, pero estas deben tener una sujeción y una suela de preferencia de goma flexible y antideslizante con un grosor aproximado de 2 o 3 centímetros. Cuando la suela es muy delgada, aumenta la tensión en la fascia plantar y esto podría condicionar a otras complicaciones como tensión a nivel del tendón calcáneo y los músculos de la pierna. Si por motivos de trabajo es obligatorio utilizar un calzado cerrado entonces se recomienda utilizar medias de algodón.
- Seca muy bien los pies para evitar la aparición de hongos que suelen desarrollarse en zonas húmedas. Pon principal atención entre los dedos y las uñas.
- Evita aplicarte talcos en polvo porque favorecen la resequedad de piel y por ende infecciones.
- Acude al podólogo para prevenir complicaciones a nivel del pie. En verano se puede tener un control 1 vez al mes para trabajar en la prevención cutánea y de las uñas. Por otro lado, si se encuentra en un tratamiento por alguna afección, se debe visitar al especialista semanalmente o cada 15 días para obtener mejores resultados.
“El calor, andar descalzos en lugares públicos, el uso inadecuado de sandalias, la sudoración excesiva o una higiene incorrecta puede traer consigo un deterioro de la salud podológica. Lamentablemente, las infecciones son muy frecuentes durante esta época, ya que las personas por desconocimiento suelen caminar descalzos en piscinas, playas o baños públicos contrayendo hongos, virus o bacterias”, afirma la Lic. Angela Aguirre, docente del programa Podología Clínica y Estética, de Educación Continua en el Instituto Carrión.
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