La sal es un infaltable en la cocina para realzar el sabor de los guisos, el arroz o las frituras, pero también es una aliada de la limpieza. Por ejemplo, si la echas todas las noches en el inodoro este estará libre de bacterias y olerá siempre agradable; sin embargo, no es lo único. ¿Alguna vez se te ocurrió poner un poco en la escoba que usarás antes de barrer? Desde Mag te contamos por qué deberías empezar a hacer este truco casero.
Ya sea por los consejos de la abuela o las antiguas tradiciones, siempre hay costumbres que se replican para poder limpiar de forma efectiva sin dañar nuestra salud con productos tóxicos.
¿Por qué poner sal en la escoba?
Gracias a sus propiedades es ideal para eliminar los gérmenes que acechan cada rincón de nuestro hogar y ayuda a higienizar una superficie. En sí, se encargará de bacterias y microorganismos que están presentes en las zonas donde juegan los niños o están las mascotas.
El truco está en preparar una mezcla con media taza de sal, 3 tazas de vinagre y agua hasta obtener un resultado homogéneo dentro de una cubeta. Lo siguiente será sumergir la escoba por unos minutos para que las cerdas queden bien impregnadas. Sácala del agua y empieza a barrer las zonas de la vivienda donde sospeches que hay más bacterias. La suciedad se eliminará desde la primera pasada y luego puedes fregar y aclarar como de costumbre.
También lo puedes usar en los lugares donde se acumula cal, como el plato de la ducha, baldosas del suelo y otras tuberías. Así dejarás de usar productos químicos que son agresivos con nuestra salud y el medio ambiente y le dirás adiós a los halos de humedad gracias a la acción desengrasante de la sal y el vinagre.
Gracias a la sal, las superficies volverán a brillar, recuperando el lustre perdido y de una manera muy económica, ¿te animas a probar este truco casero?
Cómo dejar el piso de tu cocina libre de grasa
¿Qué ingredientes necesitas para dejar reluciente el piso de tu cocina? A continuación te decimos todos los productos que emplearás para el procedimiento: 2 litros de agua, ¼ de taza de jabón líquido para trastes, 1 taza de vinagre blanco, 3 cucharadas de bicarbonato, una cubeta y un trapeador.
El procedimiento: primero, en la cubeta añade los dos litros de agua, luego vierte el vinagre blanco junto con el jabón para trastes y el bicarbonato. Revuelve la solución. Después, remoja el trapeador y pásalo por el piso de tu cocina. Deja que la mezcla actúe por 10 minutos y retira con un paño limpio ligeramente húmedo.
Si en tu cocina tienes azulejo o mayólica, puedes optar por tallar con un cepillo entre las baldosas, verás que la suciedad sale mucho más rápido. Repite el proceso con un trapeador limpio para retirar el resto de la solución. Espera que seque y notarás la diferencia. En el trapeado utiliza agua tibia, no olvides enjuagar el trapeador las veces que sea necesario para retirar el resto de jabón.
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