Huevo duro. (Foto: Marco Verch | Flickr)
Huevo duro. (Foto: Marco Verch | Flickr)
Redacción Mag

Preparar un es una de las preparaciones más básicas de la . Tan solo hay que sumergirlo en agua bien caliente, retirarlo y pelarlo. Suena fácil pero, ¿qué pasa si nos queda la yema de color verdoso? ¿O si se nos agrieta la cáscara en y se empieza a salir la clara? Eso significa que algo hemos hecho mal, de seguro. Así que toma nota de lo siguiente.

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Este alimento se convierte en un indispensable por su alto valor nutricional y diversos beneficios para la salud, por lo que consumirlo en el desayuno, junto a una ensalada en el o como parte de la cena es una idea que no puedes descartar, eso sí, dejando atrás los errores que te pueden llevar a estropear su preparación. Presta atención de estas acciones que están arruinando tu preparación.

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5. No darle importancia al huevo

Es vital que el sea fresco y de calidad para que nos quede perfecto en forma y sabor. Si es fresco, la yema nos quedará siempre centrada, y de esta manera podremos servir las rodajas o mitades de manera atractiva.

¿Por qué pasa esto? Porque en el huevo fresco la clara ocupa todo el espacio, pero cuando envejece pierde agua, se reduce y se crea un vacío que permite a la yema desplazarse.

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4. Pensar que no importa el tamaño de la cazuela

El tamaño del ideal es entre medio y grande. De igual manera, la cazuela debe ser más pequeña que grande, sobre todo si cocemos solo un huevo. En el caso del huevo duro, si la cazuela es muy grande el huevo bailará de un lado a otro y aumentará el riesgo de rotura. También es importante ser generosos con el agua que cubrirá el huevo en la olla.

Es imprescindible que el huevo sea fresco para que nos quede perfecto. (Pexels)
Es imprescindible que el huevo sea fresco para que nos quede perfecto. (Pexels)

3. No controlar el tiempo de cocción

Los tiempos de cocción para los huevos con cáscara varían según la textura que queramos conseguir. Por ejemplo, el con clara cuajada y yema en un punto líquida con la que se hace el ramen tan solo ha de estar 6 minutos en el fuego.

En el caso del huevo duro, la solidez total se alcanza entre 10 y 15 minutos. Si nos excedemos la yema quedará terrosa y perderá cremosidad. La temperatura debe ser la justa para que las proteínas empiecen a coagular y también para matar las bacterias y así garantizar la seguridad del alimento.

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2. Que la yema nos quede verde

El efecto se produce porque el calor prolongado favorece que el azufre de la clara entre en contacto con el hierro de la yema y se forme sulfuro ferroso. Es un compuesto inofensivo, pero desagradable a la vista y con sabor sulfuroso, que también puede oler mal.

Podemos evitarlo con una cocción breve, usando huevos frescos y enfriando el huevo rápidamente después de cocerlo.

1. Guardar el huevo una vez cocido

Aunque el puede conservarse unos días dentro de la nevera, es preferible cocinarlo cuando se va a comer. No vale la pena cocerlo con tiempo de adelanto. Hay que disfrutarlo al momento.

TRUCOS DE COCINA QUE TE AYUDARÁN A AHORRAR DINERO

Evita las verduras ya cortadas

Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.

Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos

Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.

¿Unas fresas mustias? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido. (PhotoMIX | Pexels)
¿Unas fresas mustias? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido. (PhotoMIX | Pexels)

Haz caldos

No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.

Busca productos de temporada

El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.

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