En líneas generales es muy difícil eliminar todos los alérgenos de la casa. Sin embargo, hay formas de reducir considerablemente la cantidad de polen y polvo en el hogar para evitar reacciones alérgicas agudas.
Consejo 1: Dejar el polen fuera de casa
Suena banal, pero es, por supuesto, el consejo más importante que deben seguir los alérgicos para cuidar su salud: durante la temporada alta, en primavera, hay que evitar que el polvillo que largan las plantas ingrese al hogar a través de puertas y ventanas.
Un cerramiento frente a la puerta de entrada y la colocación de pantallas antipolen en las ventanas pueden ser de ayuda para proteger mejor los ambientes de la casa. “Los purificadores de aire también pueden reducir el polen”, dice Sonja Lämmel de la Asociación Alemana de Alergia y Asma. Los dispositivos más modernos también reducen la cantidad de ácaros y polvo fino en el aire.
Consejo 2: Limpiar a diario el ingreso al hogar
El polen suele pegarse a la ropa y a los zapatos, pero también se deposita sobre perros y gatos, por lo que es inevitable que ingrese a la casa. “Es por eso que las zonas de entrada a la casa y los pasillos suelen estar especialmente contaminados”, afirma Heike Behrbohm, de la Asociación Alemana de Piel y Alergia. La experta recomienda por eso mismo limpiar los pisos a diario para evitar, en primer lugar, que el polen se acumule allí.
Consejo 3: Limpiar las ventanas cuando hay poco polen
“La limpieza de las ventanas debería hacerse en los días en que los recuentos de polen son bajos”, aconseja Behrbohm. Para esto son útiles las previsiones meteorológicas que tienen en cuenta el recuento de polen. La hora del día también influye: “En la ciudad, el recuento de polen tiende a ser alto por la tarde, en cambio en el campo es alto a primera hora de la mañana”, aclara.
Consejo 4: Pasar primero la aspiradora y limpiar luego
El polvo doméstico se acumula en los lugares en los que la gente pasa más tiempo, como el dormitorio, el salón y la habitación de los niños. Por eso, Behrbohm recomienda pasar la aspiradora primero y limpiar luego. De este modo, se evita levantar polvo cada vez que se pasa por una habitación y que éste se deposite sobre las superficies recientemente limpiadas.
Consejo 5: Usar aspiradoras con filtro HEPA o agua
Las alfombras pueden juntar mucho polvo. Por eso, Lämmel señala que es bueno pasar la aspiradora regularmente por las alfombras de pelo corto. Por otra parte, en su opinión, ningún alérgico debería tener alfombras de pelo largo en casa porque juntan demasiado polvo.
“Los alérgicos deberían tener una aspiradora con filtro HEPA y con la mayor capacidad de retención posible”, afirma la experta. Esto significa que deben ser máquinas que no eliminen gran parte de los alérgenos aspirados a través del aire de salida del aparato.
Los filtros clase 11 retienen el 95 por ciento de las partículas de polvo, ácaros y polen, mientras que los filtros de clase 13 incluso el 99,95 por ciento.
Los puntos débiles siguen siendo el tubo de aspiración, la manguera y la carcasa. “El mayor peligro proviene de cambiar la bolsa de la aspiradora”, dice Behrbohm. Por lo tanto, aconseja que los alérgicos dejen ese paso en manos de otra persona.
Según explica, la aspiradora con filtro de agua es aún más segura. “El polvo se une al agua y es eliminado con el agua sucia, sin que se levante”, afirma Behrbohm. Añade que otra alternativa son los modelos con sistema de aspiración por aspersión, que limpian los suelos y las tapicerías de forma húmeda y aspiran la humedad residual en la misma operación.
Consejo 6: Paños antipolvo
Lo mejor para limpiar las superficies lisas son los paños antipolvo. “Atrapan el polvo en lugar de removerlo”, explica Behrbohm. Añade que, sin embargo, si bien estas toallitas desechables son muy cómodas, generan muchos residuos. “Es más sostenible pasar un trapo húmedo bien escurrido o una bayeta de microfibra”, indica la experta.
Lämmel recomienda a los alérgicos a los ácaros ventilar durante y después de los trabajos de limpieza. Advierte que, además, ventilar regularmente tiene sentido para los alérgicos al polvo doméstico en general, ya que aumenta la humedad en la habitación, lo que a su vez contribuye a que el polvo no se desplace tanto.
Consejo 7: Utilizar una bata
Los alérgicos que tengan que utilizar la aspiradora y la fregona por sí mismos harán bien en vestir ropa protectora. Lämmel aconseja usar un guardapolvo o bata “como en tiempos de la abuela”. Añade que luego hay que quitárselos y lavarlos. De esta forma, se evita que el polen se siga esparciendo a través de la ropa de uso diario.
“Usar una máscara puede ser beneficioso”, dice la experta. Según explica, esta evita que se inhalen partículas muy pequeñas. También son de ayuda las gafas protectoras. “La piel sensible también debe ser protegida con guantes de algodón y un buen cuidado básico de la piel”, añade.
Consejo 8: No exagerar
Lämmel advierte que, por más que se sufra de alergias, tampoco es bueno “abusar de la limpieza”. En su opinión, no es necesario que el hogar esté impecable, ya que esto podría incluso aumentar la alergia. Por otro lado, recomienda moderar el uso de productos desinfectantes.