Si acompañamos la actividad física diaria con una alimentación balanceada, podremos llegar con la masa muscular intacta al fin de la cuarentena. (Foto: Pexels)
Tanto la leche y sus derivados son buenas fuentes secundarias de proteínas, que si bien no alcanzan el aporte de los productos de origen animal sí que sirven como complemento en muchos platos. (Foto: Pexels)
Las legumbres son buenas fuentes de proteínas, pero los garbanzos son especialmente completos. Se pueden preparar en ensaladas, salteados con verduras, hummus, arroz y hasta en bizcochos. (Foto: Pexels)
Es una buena fuente de proteína vegetal que puede consumirse de varias formas. Al ser muy calórico, hay que consumir ésta legumbre con moderación: 30 g o un puño de ésta legumbre diario. (Foto: Pexels)
Es una legumbre muy rica en proteínas. La ventaja de la soya es que puede comerse de un sinfín de maneras, tanto germinada como en forma de tofu, lo que permite elaborar múltiples preparaciones, como croquetas o hamburguesas. (Foto: Pexels)
Es la fuente de proteínas por excelencia y moderadamente calórica. Las proteínas del huevo son de alto valor biológico, lo que significa que contienen todos los aminoácidos esenciales. (Foto: Pexels)
Las carnes blancas como el pollo o pavo son buenas fuentes de proteínas. Lo que recomiendan los nutricionistas es consumirlas dos o tres veces por semana. (Foto: Pexels)
Siempre es bueno tener una lata de sardinas en la despensa. Aportan proteínas, además de que son una buena fuente de ácidos grasos omega 3, fundamentales para la salud cardiovascular. (Foto: Pexels)