No hay nada como preparar una bebida vegetal en casa, pues no solo es muy fácil de hacer, sino que además es garantía de que nuestro producto será 100% natural, sin preservantes, ni añadidos. En cuanto aprendemos a elaborarlas nosotros mismos, no volveremos a comprarla en el supermercado. A continuación una receta casera y sencilla de leche de soya con canela.
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- 1 taza de soya
- 1 rama de canela
- Azúcar al gusto (opcional)
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Preparación
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- Coloca la soya en un recipiente y cubre con abundante agua. Deja remojar durante 8 horas o toda la noche.
- Pasadas las 8 horas, desecha el agua de remojo y enjuaga la soya muy bien hasta que el agua salga clara.
- Muele muy bien los frijoles de soya con 1 1/2 litros de agua, trabajando en tandas para hacerlo más fácil.
- Cubre un cedazo grande con un trozo de manta de cielo o servilleta de tela de aproximadamente 50 centímetros cuadrados, y colócalo sobre una olla mediana. Vierte el licuado de soya sobre la manta. Va a ser necesario que tomes las cuatro esquinas de la manta con una mano, a fin de exprimir la leche con la otra.
- Calienta la leche de soya junto con la canela hasta que empiece a hervir. Luego reduce el fuego a bajo y deja que hierva por 5 minutos. Apaga el fuego y, si gustas, endulza al gusto.
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Ficha
Tiempo total: 510M
Tiempo preparación: 20M
Porciones: 6
TRUCOS DE COCINA QUE TE AYUDARÁN A AHORRAR
Muchas veces ahorrar es mucho más fácil de lo que creemos. La clave es comprar bien y barato, planificar lo que se hará en la cocina y no desechar nada. Recurrir a alimentos económicos y sanos como las verduras y preparar en cantidad, siempre pensando en nuestro presupuesto de guerra.
Al final casi todo se resume en cocinar más y comprar menos productos elaborados. Pero para quienes prefieran una guía un poco más minuciosa, hemos preparado algunos consejos bien sencillos de empezar a aplicar ya mismo. Apunta estos trucos y aplícalos la próxima vez que vayas al mercado.
Evita las verduras ya cortadas
Ser un poco perezoso en la cocina suele salir caro, así que a la hora de ahorrar lo primero es tener un cuchillo y demostrarte a ti mismo que eres capaz de cortar esa cebolla o zanahoria. No te harás millonario, pero si practicas mucho eso del corte puede que te ahorres algunos centavos para un gustito.
Nada de desechar verduras y frutas: cremas y batidos
Aquí no se desperdicia nada, como diría la abuela, y más si queremos ahorrar. Las frutas y verduras que estén un poco marchitas pueden tener una segunda vida en forma de sustanciosas cremas y refrescantes batidos. ¿Un plátano mustio? A la batidora con un yogur y tenemos un delicioso batido.
Haz caldos
No sólo como ingrediente para otras preparaciones, sino para improvisar una sopa salvadora. Comprarlo hecho no siempre es buena idea. Pon un día la olla y preparar unos litros de caldo para, de paso, aprovechar algunas de esas verduras que ya no están para aguantar más tiempo.
Busca productos de temporada
El sentido común es básico a la hora de hacer las compras y pensar en el menú de la semana o el mes. Si somos de ir al mercado será fácil saber qué está de temporada porque será lo más económico. A partir de ahí, sólo hay que pensar qué cocinar con eso que hemos comprado a buen precio en el supermercado.
Cortes de carne más baratos
Ser carnívoro también es compatible con ahorrar. Es más cuestión de saber comprar que de saber cocinar y tener claro que no siempre los cortes más caros son los más exquisitos. ¿Has probado los contramuslos de pollo? Mucho más barato y sabrosos para, por ejemplo, acompañar con un cremoso puré de papas.