Los especialistas en nutrición son enfáticos al afirmar que si solo hay fideos, esa comida no es completa ni saludable, por lo que la pasta no debe ser la protagonista, sino que se deben incluir elementos claves que acompañen ese carbohidrato como proteínas, grasas y fibra. Tu plato tendrá que esta estructurado así: ½ verduras, ¼ proteína y ¼ de almidón o grano (en este caso es la pasta).
Esta ralentiza la digestión de los carbohidratos y provoca que la glucosa se libere al torrente sanguíneo mucho más lento. La dietista Vanessa Rissetto señala en The Healthy que puedes ponerle verduras como champiñones, pimientos, espinacas, brócoli. También es buena idea optar por una pasta integral o hecha con frijoles o garbanzos.
Es un nutriente esencial y ayuda a controlar el peso, pues mantiene la sensación de saciedad mucho mejor que las grasas y carbohidratos. A tu pasta le puedes incorporar pechuga de pollo, pavo, pescado, tofu o soja texturizada.
Hacen tu comida más nutritiva, saciante y son necesarias para absorber las vitaminas solubles en grasa (como las vitaminas A, D, E y K) que están en los alimentos. Presentes en aceite de oliva, el aguacate, las nueces, el maní, las almendras, el pescado graso (atún, salmón, sardinas, caballa, arenque y trucha ) y semillas como la chía.
Vanessa Rissetto, que también fue citada en 'El diario de NY', precisó que una alternativa es un plato de pasta de garbanzos con pimiento morrón, cebolla y berenjena cortados en cubitos (los puedes saltear o asar); 4 onzas de queso fetta; y un aderezo de vinagre, aceite de oliva y limón.
Con estos consejos, no tienes que decirle adiós a la pasta para llevar una dieta saludable.