En varios países del mundo muchas personas han padecido una mala atención de personal médico, lo que ha conllevado a negligencias o hasta la propia muerte. Eso fue lo que ocurrió con una madre canadiense, quien fue llevada de emergencia a un hospital creyendo que tenía un dolor estomacal, pero en realidad padecía de una hemorragia interna. Conoce los detalles de la historia.
En septiembre del 2022, Allison Holthoff, oriunda de Nueva Escocia, Canadá, sufrió una fuerte caída mientras montaba caballo. Desde entonces, la madre de 37 años sintió dolores en la espalda, pero le restó importancia, según indica Mail Online.
Sin embargo, en víspera de Año Nuevo, Allison despertó con un fuerte dolor estomacal, o eso era lo que ella pensaba. Aunque intentó realizar sus actividades habituales, su estado empeoró cuando acudió al baño a darse una ducha. Según declaró su esposo Gunther Holthoff, la canadiense empezó a retorcerse de dolor en el pavimento y, pasada las 11:00 a.m. (hora de Canadá), llevó cargando a la mujer hasta el Centro Regional de Atención Médica de Cumberland en Amherst.
“Creo que me estoy muriendo, no me dejes morir aquí”
Luego de hacer uso de una silla de ruedas, Gunther llevó a su esposa a la sala de emergencias para que puedan atenderla. “Le dije a la enfermera de triaje y a la señora detrás del escritorio que estaba empeorando”, reveló a los medios locales. “Ella no estaba bien y tenía dolor”.
Personal médico le tomó a la mujer muestras de orina y de sangre, algo por de más complicado en su estado, y luego le indicó que aguarde junto a su esposo en la sala de espera. Las horas transcurrieron sin que se le dé la autorización para que sea atendida por un doctor, de acuerdo con la declaración de su esposo.
“Ella dijo: ‘Creo que me estoy muriendo. No me dejes morir aquí’”, recordó Gunther Holthoff en declaraciones a CTV News.
La crítica del difunto esposo al sistema de salud
Pese al pedido de su esposo para que atiendan a Allison, las enfermeras solo le hicieron preguntas sobre su estado y luego la condujeron a una sala para que le tomen más muestras. Casi siete horas después de la llegada al nosocomio, la mujer de 37 años gritó de dolor y clamó por ayuda en el interior del hospital.
El pulso de Allison estaba elevado y su presión arterial bastante baja, tras la revisión de una enfermera, alertada por primera vez de la situación.
“Todo sucedió rápidamente después de eso, todos comenzaron a acelerar el ritmo. Esa fue la primera vez que realmente sentí que alguien nos estaba prestando atención”, refirió el esposo.
A raíz de este acontecimiento, un médico pudo atender por fin a la mujer, que aseguraba no “poder respirar” entre gritos. En la sala de Rayos X, Allison sufrió un paro cardiaco y, a pesar de tratar de reanimarla en tres ocasiones, no fue posible. Si bien pudieron operarla, solo había un 1% de probabilidades que sobreviviera.
De acuerdo con una tomografía practicada a la paciente, ella presentaba una hemorragia interna, pero hasta la fecha los médicos no revelaron si la causa del sangrado está relacionada con la caída del caballo.
Doce horas después de su llegada al hospital de Canadá, al promediar las 11:30 p.m. del 31 de diciembre, Allison Holthoff fue declarada fallecida.
A través de su cuenta de Facebook, Gunther criticó al sistema de salud de su país. “El sistema de atención sanitaria está quebrado y necesita un trabajo serio para volver a un punto en el que realmente recibes la ayuda que necesitas cuando la necesitas”, publicó el pasado 8 de enero.
“Lo que le pasó a mi esposa es una tragedia. No quiero que nadie más tenga que pasar por esto ¡El sistema necesita mejorar ahora!”, agregó.
La Autoridad de Salud de Nueva Escocia inició una investigación para determinar qué sucedió en el caso de Allison, según el Departamento de Salud y Bienestar.
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