Ezequiel Martín Salsamendi jamás imaginó que, tras llevar a su perro a una peluquería canina de Buenos Aires, Argentina, viviría una auténtica pesadilla. Conocía el local desde hace tiempo, por lo que confió en el empleado que se hizo cargo de su mascota y le pidió que volviera al local en una hora para llevárselo. Lamentablemente, cuando regresó, el animal estaba muerto.
El hecho ocurrió en 2015. En aquel entonces, el joven volvió a la peluquería para recoger a “Chezu”, un pastor alemán de siete años, y lo encontró desvanecido, con golpes y cortes en la cara, sangre que le salía de la boca y una huella de la pata desprendida, informó el medio local Todo Noticias.
La escena era desgarradora. El empleado le explicó que lo había dejado en la secadora de 20 a 25 minutos sin observarlo. Cuando volvió, el animal había sufrido un golpe de calor y tuvo que a la enfermería.
Una veterinaria intentó salvarle la vida, pero ya era demasiado tarde. “Chezu” estaba convulsionando y respiraba con dificultad. Al día siguiente, murió.
Tras el lamentable episodio, Ezequiel denunció al trabajador con la policía. Asimismo, realizó una demanda.
La autopsia
Una perito veterinaria que llevó a cabo la autopsia determinó que el color oscuro que tomó la sangre del perro indicaba falta de oxígeno. Además, que el colapso que sufrió contribuyó a esta. En consecuencia, su cuello fue aplastado con la mano o con algún otro elemento, lo que contribuyó a la hipoxia.
Según la especialista, la causa más común del golpe de calor es la exposición de más de 15 minutos a temperaturas elevadas. Sin el control adecuado, esta práctica puede resultar letal para un can.
Una temperatura elevada puede afectar el sistema fisiológico de un perro, al punto de generarle la muerte.
Finalmente, la justicia resolvió que se trata de un caso de daños y perjuicios. En consecuencia, el peluquero que atendió al perro deberá pagar una indemnización por daño moral de $100.000.
¿Cuánto dura el duelo por la muerte de un perro?
De acuerdo al diario La Vanguardia, perder a tu mejor amigo peludo, ya sea can o felino, puede ser realmente duro. Según un estudio del departamento de ciencias animales de la Universidad de Hawai (Estados Unidos), el 30% de los dueños sienten dolor seis meses o más, mientras que para un 12% supone un suceso muy traumático en sus vidas.