El mundo del deporte nos sorprende con frecuencia con historias que van más allá de los resultados. Tal es el caso de la breakdancer australiana Rachael “Raygun” Gunn, cuyo desempeño en los Juegos Olímpicos de París 2024 ha generado una gran cantidad de reacciones en las redes sociales y los medios. Lo que comenzó como una actuación en el primer evento olímpico de Breaking ha provocado una serie de eventos inesperados que han llevado a una petición que ha sacudido a la comunidad deportiva australiana.
El Origen del escándalo
Rachael Gunn, conocida en el ámbito del breakdance como “Raygun”, fue seleccionada para representar a Australia en lo que fue el debut olímpico del breaking, un deporte de nicho que atrajo la atención global. Sin embargo, su actuación, que muchos describieron como peculiar y fuera de lugar, no cumplió con las expectativas, y pronto se convirtió en el blanco de memes virales y críticas en todo el mundo.
Desde el famoso presentador de televisión Jimmy Fallon hasta ciudadanos comunes, todos han expresado su opinión sobre la actuación de la australiana de 36 años. Algunos han defendido su participación, destacando su valentía al seguir su sueño y hacerlo a su manera. Sin embargo, otros han visto su desempeño como una vergüenza para el equipo olímpico australiano y, en última instancia, para la nación.
La petición que divide a los australianos
El impacto de la actuación de Gunn no se limitó a las redes sociales. Una petición en Change.org, creada por un usuario bajo el nombre “Alguien que odia la corrupción”, ha solicitado que se responsabilice a Rachael Gunn y a la chef de misión Anna Meares por lo que consideran “conducta poco ética” en el proceso de selección.
Esta petición, dirigida al primer ministro Anthony Albanese, alega que la inclusión de Gunn en el equipo olímpico y la aprobación de su actuación en los Juegos plantea serias dudas sobre la integridad del proceso de selección. Además, se acusa a Gunn de haber manipulado el proceso de selección para su propio beneficio, dejando fuera a otros breakdancers australianos más talentosos y calificados, como “G Clef” y “Holy Molly”.
El documento exige una disculpa pública de Gunn y Meares, así como una investigación exhaustiva del proceso de selección y una auditoría de las actividades empresariales de Gunn. La petición ha acumulado más de 23,000 firmas en solo dos días, reflejando la magnitud del descontento entre los australianos.
La Reacción de la Comunidad de Breakdancers
La controversia no solo ha afectado a Gunn, sino también a la comunidad de breakdancers en Australia. Leah Clark, una compañera de competencia de Gunn, expresó su decepción por la actuación, aunque reconoció que Gunn se ganó su lugar para competir en París.
Clark mencionó en una entrevista con Triple J’s Hack que, aunque estaba orgullosa de ver a Gunn en la competición, la actuación fue una sorpresa desagradable para muchos en la comunidad. “Rachael tiene un estilo peculiar y un carácter único”, dijo Clark. “Algunos de sus movimientos no fueron los más adecuados para el escenario olímpico”.
Además, Clark reveló que varios breakdancers australianos han sido objeto de abuso en línea tras el incidente, y que la reputación del deporte ha sufrido un duro golpe. “El deporte ha sido ridiculizado”, comentó Clark, expresando su preocupación por el futuro financiamiento y las oportunidades para los breakdancers en Australia.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.