En los Juegos Olímpicos de París 2024, el breakdance hizo su tan esperada aparición como deporte olímpico, atrayendo la atención mundial y desatando pasiones. Sin embargo, uno de los momentos más comentados no fue la coronación de los campeones, sino la polémica participación de la australiana Rachael Gunn, conocida en la escena del breakdance como Raygun.
Durante la competencia, Raygun no logró sumar ningún punto, perdiendo en tres encuentros consecutivos con un marcador de 18-0. Su actuación, que incluyó un controvertido “baile del canguro”, no resonó con los jueces, quienes aparentemente no entendieron su enfoque artístico. Este resultado ha desencadenado una ola de críticas y debates, con su familia encabezando la defensa de la bailarina mientras que otros cuestionan la legitimidad de su participación.
La controversia en torno a Raygun
Raygun, cuya interpretación única y creativa no logró convencer al panel de nueve jueces, se enfrentó a una dura evaluación que la dejó en cero puntos en cada uno de sus tres enfrentamientos. Estos jueces calificaban a los competidores en cinco criterios fundamentales: técnica, vocabulario, ejecución, musicalidad y originalidad. A pesar de estos criterios, que deberían valorar la innovación, la propuesta de Raygun fue completamente rechazada, lo que provocó indignación entre sus seguidores y familiares.
Uno de los principales defensores de Raygun ha sido su suegro, Andrew Free, padre de su esposo y entrenador, Samuel Gunn. A través de una publicación en Facebook, Free expresó su frustración hacia los jueces y su percepción de que no se valoró la originalidad y musicalidad en la presentación de Raygun. “Era una competencia muy reñida y los jueces claramente buscaban un estilo de breakdance que no es el de Rachael”, escribió Free. “Aunque se supone que deben marcar cinco aspectos diferentes, cada uno con el mismo peso, en mi obviamente sesgada opinión, no premiaron la originalidad y la musicalidad, por lo que ella estaba en desventaja.”
Apoyo y críticas en Australia
A pesar de las críticas recibidas, Raygun fue recibida como una heroína a su regreso a Australia. Su llegada fue celebrada por una multitud que la aclamó mientras ella les ofrecía una breve actuación. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, también mostró su apoyo, destacando el esfuerzo de Raygun como un ejemplo del “tradicional espíritu australiano de intentarlo y dar lo mejor de uno.” Albanese subrayó que Raygun representó a su país con coraje y dignidad, a pesar del resultado adverso.
Sin embargo, no todos en Australia comparten esta perspectiva. La profesora Megan Davis, Pro Vice-Chancellor Society en la UNSW Sydney, criticó duramente la participación de Raygun, cuestionando si realmente estaba “intentándolo” en la competencia. “Obtener cero puntos a propósito en tres rondas para un estudio académico subsidiado por los contribuyentes tanto a nivel universitario como olímpico no es gracioso y no es ‘intentarlo’”, escribió Davis en sus redes sociales. “Es una falta de respeto para los otros competidores. Me alegra que la mayoría de los australianos no estén comprando esa historia.”
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.