Jake, el perro más triste de Warwickshire. (Foto: Facebook Dog Rescue and Adoption Kenilworth)
Jake, el perro más triste de Warwickshire. (Foto: Facebook Dog Rescue and Adoption Kenilworth)
Oscar Guerrero Tello

No lo creerías si solo miras su foto, pero este Doberman se ganó el triste apodo de “el perro más triste de Warwickshire”. Pasó más de dos años en un refugio, esperando con la esperanza de encontrar una familia que lo quisiera, pero nada de nada. Durante 850 días, incluso pasó dos Navidades encerrado, sin la oportunidad de conocer el cariño de un hogar. A pesar de los esfuerzos del albergue, parecía que su suerte nunca cambiaba hasta ahora. Pero lo que parecía ser una historia sin fin, finalmente tuvo un final feliz.

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Según , Jake, tenía miedo de otros perros y también se asustaba con las personas, los ruidos y prácticamente cualquier cosa. Debido a que sufría de displasia y recibía tratamiento del personal del refugio, era considerado un perro con muchos problemas.

Mientras Jake pasaba su tercera Navidad en el Dogs Trust de Kenilworth, una pareja local, John y Amanda, que querían ampliar su familia con un nuevo compañero de cuatro patas, se detuvieron frente a su perrera.

Mientras que para otros Jake representaba un desafío, John y Amanda veían oportunidades. Donde otros veían una discapacidad, ellos veían todo el potencial que tenía. Tras varias semanas involucrándose en su entrenamiento y terapia, tomaron la decisión de adoptarlo y darle un hogar lleno de amor.

“Estamos muy felices de que Jake finalmente esté en su hogar definitivo para estas fiestas. El personal de Dogs Trust lo quería muchísimo, y fue evidente el cuidado y la dedicación que le brindaron durante todo el tiempo que estuvo allí”, comentó Amanda.

Jake, el dóberman, finalmente tiene su hogar definitivo, a tiempo para Navidad, después de estar en Dogs Trust Kenilworth durante casi 850 días. (Foto: Dogs Trust Kenilworth)
Jake, el dóberman, finalmente tiene su hogar definitivo, a tiempo para Navidad, después de estar en Dogs Trust Kenilworth durante casi 850 días. (Foto: Dogs Trust Kenilworth)

“Cuando lo recogimos, no había ni un solo ojo seco en la casa, ¡excepto Jake, que se subió felizmente a nuestro auto! Se adaptó perfectamente, cada día gana más confianza y ya hizo nuevos amigos, incluido el cartero y un camarero con golosinas para perros”.

En el momento de la adopción, el personal del refugio había llegado a considerar a Jake como uno de ellos, y a pesar de la alegría de verlo adoptado, hubo mucha amargura.

“Jake es un ejemplo perfecto de por qué no nos damos por vencidos con los perros que necesitan un poco de ayuda adicional”, dijo Emma-Jane Thomas, gerente de Dogs Trust Kenilworth. “Jake tuvo que superar algunos desafíos, pero verlo ganar confianza y adaptarse a un lugar feliz hace que todo valga la pena”.

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.

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