Un hombre de Abingdon, Inglaterra, asegura estar vivo de milagro después de ser alcanzado por un rayo mientras disfrutaba de un videojuego en la sala de su casa.
Según el medio The Sun, el rayo atravesó la ventana de su vivienda e impactó a Aidan Rowan, dejándole varias quemaduras en el brazo.
Tras el incidente fue llevado a un hospital, donde pasó casi siete horas hasta ser dado de alta. Como resultado, tiene cerca de 60 marcas de quemaduras.
“Hubo un crujido realmente fuerte como un trueno, luego sentí que alguien dejó caer algo muy pesado sobre todo mi cuerpo. Duró unos segundos y luego sentí este ardor en mi brazo que estaba tan caliente que casi se sentía frío”, declaró Aidan. “¡Esa es la última vez que juego un lindo juego de gatos durante una tormenta eléctrica, creo!”.
El británico, que trabaja como herrero, recuerda que los médicos del Hospital John Radcliffe de Oxford estuvieron de acuerdo en que “las marcas son consistentes con un rayo”.
Tras el hecho, y creyendo que este se convertiría en una especie de golpe de suerte, compró un boleto de lotería, pero solo ganó 6 libras.
Según el medio citado, hay una posibilidad entre 1,2 millones de que te caiga un rayo en el Reino Unido.
¿Qué le ocurre a una persona que es impactada por un rayo?
El rayo descarga un pulso electromagnético masivo en una fracción de milisegundos. La corriente eléctrica que pasa a través del cuerpo genera calor, que quema y destruye los tejidos. Las quemaduras pueden afectar a la piel y, a veces, a los tejidos internos, señala el portal msdmanuals.com.
La duración breve de la exposición, con frecuencia limita la lesión a la capa exterior de la piel. Además, un rayo tiene muchas menos probabilidades de causar quemaduras internas que las lesiones eléctricas provocadas por la electricidad generada. Sin embargo, puede matar a una persona al producir un cortocircuito instantáneo en el corazón.
Un rayo también puede dañar el sistema nervioso, incluyendo el cerebro, provocando convulsiones, pérdida del conocimiento u otras anomalías.
El rayo es la segunda causa más frecuente de muerte relacionada con la tormenta en Estados Unidos; causa alrededor de 30 muertes y varios centenares de lesiones cada año. Algunas lesiones resultan en discapacidad permanente.