La reina Isabel II tuvo a su servicio a un sinnúmero de profesionales, entre ellos un mozo de cuadra o el encargado de mantener a los caballos de los establos reales. Durante 28 años el puesto estuvo a cargo de Terry Pendry y hoy ya retirado recibió un regalo póstumo de la monarca. Esta es la historia a un año de la partida de la monarca británica.
Es recordada la aparición de Pendry con Emma, el poni Fell de la monarca, para despedirla cuando su carroza fúnebre recorrió Long Walk del castillo de Windsor. Ahora Pendry, que se jubila a los 72 años, será investido caballero militar en Windsor en honor a sus muchos años de leal servicio.
La difunta Isabel II era una apasionada de los animales, a menudo se la veía con sus corgis y animando a sus caballos de carreras en Royal Ascot. Pendry reveló tras el funeral del pasado mes de septiembre que la última vez que había montado a Emma había sido unos meses antes.
El regalo póstumo a su mozo de cuadra
Pendry es una cara familiar para los seguidores de la realeza, ya que a menudo se le ha visto cabalgando junto a la monarca por la finca de Windsor, compartiendo juntos de un tiempo feliz.
Su aparición el día del funeral de Isabel II guiando a Carltonlima Emma, de 24 años, con uno de los pañuelos de la reina atado en su silla, fue uno de los momentos más conmovedores del acto. Emma llegó incluso a dar golpes con su patas en el suelo cuando se acercaba el féretro de su señora.
“Fue un honor y un privilegio tener a Emma conmigo para despedir a Su Majestad. La reina adoraba a Emma y la montó durante más de 20 años, por lo que era justo que estuviera allí, y se comportó de forma impecable... La reina siempre montaba con una silla de piel de oveja blanca, era su favorita, así que me aseguré de que Emma también la llevara. Luego, para darle el toque final, puse el pañuelo de Hermes de Su Majestad en la silla de montar. Era su favorito y tenía impresos caballos y carruajes”, dijo Pendry a The Mirror.
El nombramiento de Pendry como caballero militar tuvo lugar el 28 de febrero en la Capilla de San Jorge. Esto le permitirá pasar el resto de sus días viviendo en el Castillo de Windsor. Según The Times, el rey Carlos III le ofreció un empleo vitalicio en diciembre, pero el mozo tomó la decisión de jubilarse.
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