El príncipe Enrique de Sussex, de 36 años, y su esposa Meghan de Sussex han negado rotundamente un informe en los medios de comunicación británicos de que no le consultaron a la reina Isabel II del Reino Unido sobre el nombre de su hija Lilibet, en honor al apodo de infancia de la monarca.
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Un informe de la cadena de noticias británica BBC, que citó a una fuente anónima dentro del Palacio de Buckingham, indicó que los duques de Sussex nunca verificaron si podían usar el apodo antes llamar así a su segunda hija, que nació el último viernes en California, Estados Unidos.
Pero un portavoz de la pareja le dijo a los medios estadounidenses que el príncipe Enrique habló con la reina antes del anuncio y dijo que ella apoyaba la decisión.
“El duque habló con su familia antes del anuncio. De hecho, su abuela fue la primera miembro de la familia a la que llamó”, dijo el vocero a CNN. “Durante esa conversación, él compartió su esperanza de nombrar a su hija Lilibet en su honor. Si ella no lo hubiera apoyado, no habrían usado los nombres”.
Lilibet es el apodo de la monarca dentro de la familia real británica. Proviene de su niñez, cuando la entonces princesa no podía pronunciar bien su propio nombre. El apelativo surgió después de que su abuelo, el rey Jorge V, imitara cariñosamente sus intentos de pronunciar “Elizabeth” (Isabel).
La hija de Enrique y Meghan, Lilibet ‘Lili’ Diana Mountbatten-Windsor, recibió su nombre tanto del la monarca de 95 años como de la princesa Diana, la difunta madre del duque de Sussex. Su nacimiento fue anunciado el domingo, y la pareja dijo que habían sido “bendecidos” con la llegada de su hija.