Cuando se trata de etiqueta, pocas personas comprenden su importancia como los miembros de la familia real británica. Para la realeza hay reglas para absolutamente todo, desde ropa y regalos hasta comer y nombrar a los niños recién nacidos. También las hay para el uso de ciertas palabras.
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El entrenamiento de etiqueta comienza cuando los miembros de la familia real británica son muy jóvenes. Kate Fox, una antropóloga social y autora del libro Watching the English, fue consultada por el sitio web My London acerca de las palabras que los royals británicos tienen prohibido usar.
Palabras que tienen prohibido usar
Según la especialista, pronunciar la palabra toilet para referirse al baño es considerado un pecado entre los miembros de la familia real británica. La palabra es totalmente rechazada debido a su origen francés. En su lugar se permite el uso de loo que sería algo parecido a lavatorio en castellano.
La palabra lounge (salón en castellano) tampoco es admitida por los royals británicos. No hay salones porque sí, sino que cada uno tiene una función que debe ser mencionada cuando se menciona o se hace referencia a este término, como drawing room (salón de dibujo) o sitting room (sala de estar).
Hablar de perfume se considera vulgar y solo se admite el uso del término scent (esencia o aroma). En el Reino Unido se utiliza el término tea para hacer referencia a la última comida del día. Sin embargo, si los royals británicos invitan a cenar será supper.
La reina Isabel II del Reino Unido odia la palabra pregnant (embarazada) y prefiere referirse al estado de esperar un bebé como be in the family way (estar en camino de formar una familia). Por otro lado, a los padres no se les dice mum o dad sino mummy o daddy y hasta incluso papa y mama.