Parece que al fin se han aclarado las dudas tras años de especulaciones: una vez suba al trono, el príncipe Carlos de Gales dejará Clarence House, la que ha sido su casa por 20 años. El futuro rey británico seguirá los pasos de los monarcas que lo precedieron mudándose al palacio de Buckingham.
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Así lo ha revelado una fuente cercana a MailOnline. “No cabe duda al respecto. Su alteza real opina que un monarca ha de residir en la sede de la monarquía británica. Eso nunca se ha cuestionado. No se mudará al palacio de Buckingham antes de ser coronado. Pero una vez suceda, evidentemente lo hará”.
Asimismo, una vez que el príncipe Carlos asuma el trono, la reina Isabel II se mantendrá despachando desde el palacio de Buckingham. “Al igual que la reina, pasará a vivir en ‘el piso de encima de la tienda’. Carlos concuerda con ella en la idea de que trabajar desde Buckingham es lo más apropiado”.
El futuro de Buckingham
En su momento se barajó la posibilidad de que el príncipe Carlos pensaba transformar el palacio de Buckingham en una suerte de instalaciones de oficina para varios miembros de la familia real británica sin que nadie viviera allí, además de ampliar el espacio al que podrían acceder los turistas.
Buckingham ha sido la residencia real de la monarquía británica desde el reinado de Victoria, en 1837. Anteriormente, la residencia real había sido el palacio de St James desde el reinado de Jorge I (1698-1727), y antes de aquello el palacio de Hampton Court y el castillo de Windsor fueron la residencia real.
El príncipe Carlos se mudó a Clarence House en 2003, un año después de la muerte de su abuela, la Reina Madre, que solía vivir allí. Se encontró con una residencia necesitada de una reforma y remodelación, y para ello recurrió a los servicios del prestigioso diseñador de interiores Robert Kime.
Con el traslado de Carlos al palacio de Buckingham, se ha especulado también con la posibilidad de que los duques de Cambridge se muden a Clarence House. Pero parece poco probable que se muden allí, ya que han llevado a cabo una gran reforma en su actual residencia: el palacio de Kensington.