“Había una vez en Hollywood”, la última obra del controvertido y siempre explícito director de cine Quentin Tarantino, fue estrenada en julio de este año y se caracteriza por una entrelazada historia que mezcla la realidad con un homenaje a los filmes más destacados de Hollywood.
Sin embargo, sería inconcebible hablar del cine de Tarantino si no se hace referencia a la violencia cómica característica y, para ello, es necesario remontarnos a uno de los momentos cumbres de la última película del director donde el actor Leonardo DiCaprio, en el papel de Rick Dalton, asesina de una forma muy peculiar a los malhechores que ingresaron a su casa para asesinarlo.
¡ALERTA DE SPOILER! De ahora en adelante, la nota tendrá una gran cantidad de datos revelados por declaraciones del actor. Dejamos a completa responsabilidad del lector continuar leyendo la nota.
Al regreso de su tour fallido por Italia, Rick Dalton vuelve a la comodidad de su hogar en las colinas de Hollywood, donde se reencuentra con su fiel amigo y compañero de trabajo como doble de escenas de acción y peligro, Cliff Booth, interpretado por Brad Pitt.
Es un agitado y etílico reencuentro que terminará con un suceso que dará el giro que Dalton tanto ha estado esperado desde el inicio de la película. Sin embargo, este gran ‘plot-twist’ no se dará de una manera amable y mucho menos pacífica.
Como señalamos al inicio de la nota, en esta historia, Tarantino se tomó todas las licencias del mundo del cine al mezclar la realidad con la ficción en relación al sonado caso del asesinato de la actriz Sharon Tate y otras 4 personas en su casa en 1969 a manos del clan del asesino Charles Manson y su familia, pues el fin no es el de la trágica muerte de la actriz sino de quienes acudieron a cometer el delito.
Esta peculiar cobranza de justicia que Rick Dalton ejecuta con un lanzallamas, generó el asombro entre muchos quienes asistieron a las salas de cine y la pregunta que muchos se hicieron es “¿cómo es que DiCaprio grabó esta escena?” ¿Acaso fue una grabación? O, ¿quizá fue editado digitalmente?
En una entrevista hecha por la revista Variety a DiCaprio y Pitt, el actor de esta icónica escena señaló haber cogido el lanzallamas por sí mismo y haberlo apuntado contra los dobles que fueron parte para luego abrir fuego sobre ellos.
DiCaprio confesó haber quemado a varios dobles de riesgo que estaban dentro de la escena y que eran “víctimas de las alocadas ideas de Tarantino”.
“El primer día que usé ese lanzallamas fue un día muy duro porque habían creado este tipo de canal… por cierto, todos los mejores dobles de riesgo en la historia de este pueblo se presentaron para eso, fue increíble”, acotó el actor.
Junto a ello, agregó sentirse mal por los actores de riesgo, pero también haberse sentido mal por sí mismo por los efectos colaterales de disparar esa arma calcinante.
“El calor me devolvió a la cara. Comencé a tener dolores de cabeza crónicos ese día. Sabía que el lanzallamas volvería a subir, pero fue al aire libre esa vez, gracias a Dios”, culminó el actor.
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