Hace unos días, Rafael Amaya regresó a la vida pública y confesó que desde hace cuatro meses está internado en el centro de rehabilitación de Julio César Chávez con el fin de acabar con su enfermedad que lo había sumergido en el oscuro mundo del alcohol y las drogas.
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El cantante Roberto Tapia junto a la hermana del galán, Fátima Amaya, y con su mánager, Karem Guedimin, fueron las personas que trazaron un plan para rescatarlo y su mayor cómplice fue el exboxeador mexicano que no dudó en recibir al actor en su clínica.
“Rafa llegó como todos llegamos [a rehabilitación], diciendo que solo iba a estar unos días, que él le ponía poquito [a la droga]”, recordó Chávez. “No se lo quisimos decir, pero sí llegó un poco psicótico, todavía creyéndose El señor de los cielos. Pero pasaron los días y ahora meses y la evolución de Rafa ha sido increíble”, contó el ex deportista a la revista People en Español.
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Carlos Appel, director de la clínica situada en Culiacán, Sinaloa, dio fe de la mejoría.
“Rafa llegó hasta cierto punto tranquilo, con un poquito de psicosis por el consumo de sustancias, molesto porque cualquier persona a la que le quitas el confort de su vida por adicción, le molesta”, cuenta Appel, quien es primo hermano de Amaya. “Pasó cerca de un mes, Rafa tocó el piso y se dio cuenta del problema en el que se encontraba y empezó a agradecer”.
Pero nada hubiera sido fácil si la clínica de rehabilitación no habría contado con las mejores instalaciones para hacer sentir tranquilo a Rafael Amaya y a todos los pacientes que llegan a este lugar para acabar con sus adicciones.
ASÍ SON LAS INSTALACIONES DEL CENTRO DE REHABILITACIÓN
La clínica Baja del Sol en Culiacán cuenta con un amplio espacio que se divide en varias secciones: piscina, sala de juegos, áreas verdes, gimnasio, comedor, cocina, habitaciones completamente amuebladas y sala de reuniones.
“Nuestras instalaciones proporcionan la tranquilidad, seguridad y confianza que se requiere para facilitar el proceso de rehabilitación de nuestros pacientes”, señalan en la presentación en su sitio web.
Las diferentes secciones de la lujosa casa, tienen en sus paredes fotografías de los grandes momentos que vivió Julio César Chávez a lo largo de su carrera como boxeador.
De acuerdo con las descripciones de la clínica, cada espacio de la casa está acondicionado de tal manera que forme parte del proceso de rehabilitación de los pacientes, que son atendidos por un grupo de “terapeutas, psicólogos y doctores que en base a su propia experiencia y metodologías ya probadas ayudan a personas con diferentes tipos de adicciones”.
Durante los cuatro meses en que ha estado en rehabilitación, Rafael Amaya ha progresado y también enamorado a todos sus compañeros. “Es un hombre noble. Como todo ser humano, tenemos errores en la vida. [Pero] lo difícil no es caer, lo difícil es levantarse y eso hay que valorarlo”, contó Julio César Chávez.
El siguiente paso del actor mexicano será, según los expertos, volverse readaptarse a la vida fuera del centro de rehabilitación. “Ahora está en una burbuja en la que se siente protegido y cobijado. Pero cuando salga, ahí van a estar duros los chingadazos, ahí va tener que cabecear mucho por todos los lados para que no caiga otra vez en lo mismo”, advierte el campeón de boxeo.
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