Hace un mes, en la agenda de Denisse Dibós no figuraban los ensayos, las pruebas de vestuario ni de maquillaje, las sesiones de foto ni las entrevistas por Zoom en torno a “Déjame que te cuente”, por una sencilla razón: el musical no estaba en sus planes. “Esto ha salido de un momento a otro. Teníamos muchas ganas de volver a la presencialidad, pero por la pandemia, la posibilidad de regresar al Teatro Municipal estaba aún lejana. Por eso, cuando se presentó la oportunidad de presentarnos en La Cúpula (un espacio muy solicitado actualmente por su comodidad, ventilación y porque la gente se siente segura), la tomamos y dije sí antes de tener nada (elenco, vestuario, etcétera)”.
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La directora de Preludio cuenta que además de retornar a los escenario, vio en esta oportunidad una ventana para mostrar su sentir por todo lo ocurrido en nuestro país en este último año. “Si algo quiero poner en escena, por la conyuntura política que estamos viviendo, es esta obra. Lo que quiero decir con este espectáculo es lo que, estoy segura, diría Chabuca si viera un país tan dividido como el de ahora. Ella levantaría su voz, estaría cantándole a su bello durmiente, rogándonos que nos empinemos en su más alta cumbre y estiremos los brazos a todos los peruanos para detener esta división tan espantosa en la que hemos caído. Nuestro objetivo es reivindicar a la artista que amó a su país, ese que ella tan bien describió en sus canciones”, señala Dibós.
La actriz añade que otro de los motivos por el que eligieron este musical es porque la obra de Chabuca trasciende clases, generaciones y credos (religiosos, políticos, etc.) y, según su propuesta, es un vehículo para reconciliarnos y revincularnos. “El arte nos une, la música nos une, Chabuca nos une”.
Una nueva versión
“Déjame que te cuente” es un musical que se estrenó en el 2016 y que en el 2017 se volvió a presentar con algunos cambios. La versión renovada es en esencia la misma, pero con un formato diferente. En este caso, y debido al traslado del espacio habitual -del Teatro Municipal a La Cúpula de las Artes-, se tuvo que modificar la escenografía, el vestuario y otros aspectos. Asímismo, los protocolos de bioseguridad por la pandemia exigieron algunas variaciones, como la duración del espectáculo que no tendrá dos actos, para evitar un intermedio y que las personas tengan que convivir más tiempo del permitido. El resultado es un concierto teatralizado de los temas más emblemáticos de la cantautora peruana.
¿Cómo se cuenta la misma historia sin repetirse?
Yo creo que Chabuca da para miles de versiones y reposiciones. Siempre van a haber formas de darle un ángulo distinto. Esta vez, por ejemplo, el giro nació de uno de los temas que me conmovió mucho en la pandemia: el empoderamiento femenino. He vivido y he visto muy de cerca cómo mujeres con pocos recursos se las ingeniaron, se unieron, se recursearon e hicieron de todo para sacar adelante a sus familias. Eso me interesaba destacar en la obra, lo conversamos con Juan Pablo Lostanau y César Vega –los directores que nos acompañan en esta reposición– y así llegamos a las mujeres de Chabuca. Chabuca en sí representa a varios matices de esta mujer empoderada: la madre (tierna, amorosa), la artista, la Chabuca que tiende puentes de unión entre clases sociales y económicas, y la Chabuca que empodera a las mujeres y las anima a seguir dándolo todo por su país.
Dicho esto, revisamos el repertorio que teníamos y una de las canciones que encontramos fue “Un barco ciego”, en el que Chabuca se describe a sí misma. “Como yo el mar, se vuelve y se revuelve...”, en esa canción sentimos que la coreografía podía tomar otro giro y era este de la mujer empoderada. La coreografía cambia brevemente en algunos momentos, tiene matices distintos y le damos su toque con el vestuario, un traje distinto tipo frac de mujer. Estas ideas nos siguen dando material para crear, la misma Chabuca nos sigue regalándolas.
¿Incluirán otros temas?
Son los mismos y por la duración del espectáculo, nos hemos quedado con la carnecita.
¿Cuál es el favorito o con el que más vibra el elenco?
Todo el tiempo estamos en esas discusiones y no nos ponemos de acuerdo (ríe). A veces decimos, la más fiestera, nuestra versión de “Fina estampa”, que es una celebración de vida. Pero después alguien dice “José Antonio”, la marinera, el caballo de paso... Y luego, por ahí, preguntan ¿y “La flor de la canela”? Los productores mencionan, “Le Vals Créole”, porque es una joyita, un vals muy íntimo de pocos pasos. Entonces, no podemos elegir solo una.
Teniendo en cuenta a las profesionales que participan en la obra, ¿cómo evitan el lucimiento de una sola figura?
En Chabuca no hay protagonistas. En un inicio, antes de tener la certeza de que Juan Antonio de Dompablo, nuestro tenor invitado, iba a poder acompañarnos en las nueve funciones, habíamos planteado el concierto de las mujeres empoderadas de Chabuca. Iban a ser, en ese momento, Mónica Dueñas, primera voz de Perú Negro hace muchos años, una gran intérprete conocedora de la música peruana; Sandra Muente, que tiene una hermosa voz también, en otro color y en un timbre totalmente distinto al de Mónica y que le hace una oposición lindísima, vocalmente hablando; y Lali Guimarey, que es una de las mejores voces que tiene el Perú. Y Emilia Drago y yo que, siendo actrices que bailamos y cantamos, damos el complemento al ensamble para ser un musical. Sin embargo, tuvimos la suerte de que el tenor pudiera concretar esta invitación y estar con nosotros. Es buenísimo porque un tenor aporta virtuosismo a la banda sonora y también nos ayuda, de alguna manera, a matizar. El musical se ha enriquecido más con su presencia, pero sigue siendo un elenco de mujeres fuertes donde ninguna destaca ni opaca a nadie.
¿Qué proyectos presentarán a corto plazo?
Estamos programando un musical bonito y familiar para Navidad; también estamos viendo la posibilidad de retomar el musical “Madres” –que el año pasado, tres días después del estreno, tuvimos que suspender por la pandemia–. Si el próximo año todo está bien (espero que sí), queremos regresar al Teatro Municipal y hacer la segunda parte de “Todos vuelven”, el musical del Perú. Y bueno, seguir con los talleres para chicos y grandes que dictamos desde que empezó Preludio, hace 23 años. La pandemia me ha movido mucho con el tema de los talleres y ahora me siento más comprometida que nunca.
El dato:
“Déjame que te cuente” se estrenará el 11 de noviembre y se presentará, en La Cúpula de las Artes del Jocley Plaza, en nueve funciones hasta al 14 de noviembre. Entradas desde S/42 en lacupuladelasartes.com
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