Inquietante, divertida, original. “Aquello” es una obra en gran medida diferente y capaz de plantearnos grandes interrogantes a través de situaciones aparentemente comunes y corrientes. Ivonne (Urpi Gibbons) es una mujer aparentemente de éxito. Es una productora de cine que enfrenta sin muchos dramas el embarazo de su hija adolescente (Mariajose Vega). Sin embargo, su aparente control no es real. Es un ser incapaz de amar. Tanto así que ni siquiera encuentra el amor en la película que está a punto de realizar.
Incansable en su búsqueda teatral, Vanessa Vizcarra explora en muchos temas en “Aquello”. Pero son dos sus mayores aciertos. En primer lugar, el desamor o la incapacidad de dar y recibir amor; y, luego, en los sentimientos que despierta la maternidad. Ivonne es una mujer por la que uno siente simpatía desde un primer momento. Tanto que la actitud de rechazo de su hija nos parece desproporcionada. Sin embargo, a medida que la obra se desarrolla entendemos que esa mujer tan controlada es en realidad un ser con un enorme vacío. Tal vez la única de las tres madres de la historia a la que el parto no ha cambiado. Como vemos, es un tema difí- cil pero planteado con sutileza y naturalidad.
Esas cualidades del texto tienen en Ernesto Barraza al director apropiado. Porque sabe marcar el ritmo ideal para que la obra no se desestabilice y se mantenga ecuánime de comienzo a fin. Conduce a los personajes hacia una naturalidad muy necesaria para que el drama pueda llegar intacto al espectador. Por ejemplo, en una escena aparentemente menor como la de las amigas tomando unas copas de vino, recurre a la sencillez y gracias a ello se lucen el humor, la necesidad de afecto, la declaración de amor y las cualidades más humanas de los personajes. Eso no es fácil de conseguir.
Menos lograda es la participación de los dioses a través de las proyecciones. Principalmente porque allí el diálogo se debilita. Y debería suceder justamente lo contrario. Allí las frases deberían ser más contundentes, capaces de dejar huella. Sin embargo, esas frases las pronuncian los personajes del drama cotidiano. Por otro lado, la ejecución del video carece de una propuesta visual clara. Nunca sabemos qué papeles juegan esos primeros planos. Al final, el recurso puede parecer ingenioso pero no es necesariamente efectivo.
En cuanto a las interpretaciones hay un buen nivel en general. Alexandra Graña sabe conducirse con naturalidad en un personaje siempre al margen. Incluso, Lia Camilo en un pequeño papel cumple con las necesidades de sus escenas. Por su parte, Diego Lombardi y Stéfano Salvini hacen un esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias, pero el drama le pertenece enteramente al cuerpo femenino. Pero, como es de esperarse, son las tres madres quienes tienen la carga emotiva y dramática. Sobre ellas descansa el peso completo de la obra. Contundente, mordaz y directa, Haydée Cáceres se encarga de poner los puntos sobre las íes. En complicidad con ella, Mariajose Vega saca adelante un personaje que siempre está al borde y que nos produce sentimientos encontrados. Muy valiente, Urpi Gibbons parece desnudarse como mujer para enfrentar un personaje como el de Ivonne. Y encuentra en ella a uno de los mejores papeles de su carrera. Es perfectamente creíble como esta mujer que pretende ser madre, productora, amiga, hija. Una ‘control freak’ de aquellas y que, sin embargo, adolece de todo.
“Aquello” es una grata sorpresa dentro de nuestra cartelera teatral.