Al hacer un repaso de la trayectoria de Pablo Alborán, cualquiera podría pensar erradamente que tuvo una suerte inmejorable. Sin embargo, como él mismo explica, esa suerte lo atrapó a él en el momento y en el lugar correcto. Hace nueve años, su trabajo concitó la atención del productor Manuel Illán, quien le ofreció una grabación de prueba para promocionar su talento. Este hecho marcó el inicio de una carrera ascendente que hasta la fecha ha cosechado cuatro álbumes y 42 discos de platino. "Se me cerraron muchas puertas antes. No me contestaban llamadas, no ganaba concursos, o quedaba finalista pero no tenía mayor repercusión. Solo tuve una oportunidad y supe aprovecharla”, asegura el cantante español a El Comercio.
El 22 de febrero, el intérprete volverá a presentarse frente al público peruano en el Plaza Arena del Jockey. Confiesa que en el 2018, su paso por nuestro país no solo le dejó una grata impresión de la audiencia, sino también una experiencia estimulante. “El público peruano es muy pasional. Hay una conexión muy grande ahí con la música. La pasé muy bien y estoy muy agradecido de ir una vez más. Por otra parte, es un festín comer ahí, me encantan los anticuchos y el cebiche. Perú es una inyección de nuevas sensaciones y cada vez que voy retomo energías. Tengo mucha ilusión”, sostiene.
PASIÓN POR LA MÚSICA
Su formación en la música comenzó desde niño, aunque nunca tuvo la intención de dedicarse por completo a ella. Según cuenta, las lecciones de canto, guitarra clásica y piano que recibió de pequeño respondían a una pasión que difícilmente podría ser sustituida por otra ocupación. “Era aplicado en la escuela y por eso consideré estudiar otras cosas. Solo que la música siempre estuvo ahí porque me ayudaba a que todo fuera más bonito”.
Guiado más por su vocación que por un afán de popularidad, Pablo comenzó a publicar interpretaciones suyas de temas propios en la ya alicaída red social MySpace cuando tenía 14 años. Más adelante, mudó su repertorio a Youtube, recibiendo una gran aceptación entre los cibernautas y superando el millón de reproducciones por video. Un fenómeno que, como se menciona líneas arriba, lo puso en la mira del productor Manuel Illán, a quien el cantante considera como uno de los principales respaldos que ha tenido en la escena musical.
Más adelante, una seguidilla de éxitos desembocaría en su firma con Warner Music para el lanzamiento de su primer disco, allá por el 2011. “Incluso con todo lo que ocurría, yo seguía pensando que era un hobby. Para mí era algo que iba en paralelo. Sabía que me iba a acompañar pero no que sería mi profesión. Pasé por periodismo, publicidad, incluso filosofía, hasta que el disco explotó”, recuerda Alborán.
Hoy por hoy, agradece la acogida que su estilo ha tenido y el cariño de sus seguidores tanto en los momentos difíciles como en las alegrías. Para no despegarse de ese afecto se las arregla para tenerlos frente a frente de vez en cuando porque, como ha declarado en anteriores ocasiones, el contacto frecuente con las personas es aquello que le ayuda a mejorar como músico. “No hace mucho me dieron la oportunidad de sorprender a una chica en la radio. Yo aparecí de la nada y se emocionó mucho. Todos comenzaron a cantar de pronto y fue muy lindo. Esa es una experiencia que me llena de entusiasmo”, afirma.
Si bien disfruta de su presente, también reconoce que ahora es su turno de apoyar a jóvenes promesas que deseen incursionar en la música. “Acompañaré a todo aquel que quiera dedicarse a esto y realmente tenga ganas de intentarlo. Ya hay muchos artistas en quienes he confiado. Les he echado una mano para que su trabajo pueda verse en el escenario", declara.
Sin embargo, evita regodearse en sus logros, que incluyen galardones en Premios Los 40 Principales, el Festival Viña del Mar o sus 14 nominaciones al Grammy Latino. De la misma manera en que asume el rol de aprendiz de músicos más experimentados, él quiere inspirar a quien lo necesite. “No me considero un maestro pero desde mi posición creo que sí puedo darle la oportunidad a alguien que todavía no dispone de los mismos recursos. Un escenario mío siempre estará abierto para los nuevos talentos”
Por último, Alborán indica que un rasgo que lo caracterizó desde temprana edad fue la perseverancia y la capacidad para saber manejar la sensación de que algún proyecto está por venirse abajo. Debido a ello, no duda en aconsejar a quienes recién empiezan su carrera que se mantengan firmes en sus objetivos. “Cuando algo es tu pasión y tu meta, te pueden poner todas las piedras del mundo y uno no tiene por qué dejar de intentarlo. Hay que seguir estudiando, probando y aprendiendo”, concluye.