Cuando Christian Meier dejó la música, supo que su mayor deseo era regresar a ella. Aunque ahora se encuentra en paz con su yo juvenil que tocaba el teclado en Arena Hash, el artista no quiere que su reciente álbum, “He vuelto a casa”, quede como una simple anécdota, sino como el inicio de un nuevo proyecto musical, previsto para 2025, aún sin título definido. A esto se suman dos películas: “Mistura”, que actualmente recorre festivales internacionales, y “Vienes o voy”, una comedia que explora vivencias sentimentales y sexuales.
Si bien hoy su vida como actor y músico parece haber alcanzado un equilibrio, no siempre fue así. A lo largo de su carrera, sus dos facetas artísticas han oscilado entre tensiones y decisiones, culminando en una armonía pírrica tras 20 años de espera por un disco nuevo. Sin embargo, el debate interno persiste. Ya no es una cuestión económica, o un contrato, sino una necesidad vital de expresarse, sea a través de la actuación o de la música, en una búsqueda que se refleja en su rutina diaria, marcada por constantes como las entrevistas que atiende religiosamente los jueves a las 10 de la mañana, solo interrumpidas por el jardinero, quien, curiosamente, también decidió hace seis años cortar el césped el mismo día y a la misma hora.
—El próximo año no solo estrenas una nueva película, sino que compartes pantalla con tu hijo
Es la primera vez que actuamos juntos, pero ya habíamos trabajado antes en un cortometraje que dirigí llamado “Terminal”, disponible en Amazon. Fue un proyecto que escribí, produje y dirigí en Los Ángeles. Curiosamente, alternamos muy poco en “Mistura”; su personaje tiene más relación con [Bárbara] Mori, quien interpreta a su madre. Su rol tiene mucho que ver con él: ambas sus madres son francesas, y por ese lado conectan.
—La cinta nos conecta a todos al situarse en un restaurante y destacar la comida peruana, algo que mencionas frecuentemente en los festivales donde se proyecta “Mistura”. Sin embargo, no especificas tus platillos infaltables.
No suelo mencionar restaurantes, pero sí platos. Lo que siempre pido cuando estoy en Perú es ají de gallina, papa rellena, ceviche, tiradito o un buen plato de anticuchos. Hace poco fui a un restaurante de comida criolla y pedí un antojo que suelo considerar muy personal: una caigua rellena con pepián de choclo. Ese plato es una delicia. También disfruto de un sushi, pero a la peruana, con ese sabor local; de lo contrario, me resulta extraño.
—Volviendo a la actuación, siempre describes el inicio de esta faceta como una “carrera por necesidad”. ¿Qué significa hoy para ti ser actor?
Estoy agradecido porque durante los últimos años ha sido parte fundamental de mi desarrollo profesional y personal. En un principio, encontré un espacio en la música y, luego, como actor. De alguna manera, tengo la satisfacción de decir: “He vivido y vivo de aquello que me hace feliz”. Eso me hace sentir muy afortunado, más allá del éxito que haya tenido o no. Mi vida es plena porque me desarrollé en un campo que ahora considero mi vocación.
—¿Qué significa retomar los escenarios?
Para mí, este regreso es una gran alegría. La música fue la pieza fundamental para iniciar una carrera en el mundo del arte, luego me convertí en actor. De hecho, me hice actor para financiar el disco de “Carreteras Mojadas” [”No me acuerdo quien fui”]. Por eso me adentré en los escenarios. Aunque dejé de hacer música hace 20 años, comencé con Arena Hash a los 17 años, y esa pasión nunca desapareció, por eso pensé que lo retomaría rápidamente.
—Pero no regresaste a la música al poco tiempo. ¿Qué te mantuvo alejado de los instrumentos y las composiciones?
Mi carrera actoral posterior se convirtió en una bola de nieve que no pude parar. Hace 20 años, hice una pausa en la música que pensé que sería breve, como la pausa de Arena Hash en 1993, cuando dijimos: “Chicos, nos separamos un momento” y nunca más volvimos. Pensé que con mi música sería diferente, pero en 2005 firmé con Telemundo, hice “El Zorro” y ya no había forma de detener lo que pasaba.
—Hasta que llega la pandemia y el mundo del entretenimiento se detiene
Yo no paré, fue el mundo el que lo hizo. Ya no había trabajo como actor ni en ninguna otra área. En ese tiempo libre encontré espacio para hacer las cosas que quería. En mi oficina escribí canciones nuevas, 20 años después. Cuando terminó la pandemia, me di cuenta de que tenía muchísimas composiciones. Me sorprendí al ver que aún podía hacer esto. Llamé a un amigo productor musical, quien me dijo: “Esto es un álbum”. Decidí volver al estudio, hacer música nuevamente y no posponer más nada.
—En ese momento aparece tu nuevo álbum “He vuelto a casa”
Sacar ese álbum me hizo muchísima falta. Publiqué los sencillos “Déjà Vu”, “Me gustas como antes” y, luego, “He vuelto a casa”. Hice una gira nacional donde pude realizar cosas que pensé que no volvería a hacer. Este próximo concierto en Arequipa es parte de esa gira y marca el cierre de este álbum, de ese concepto de regresar y sentir que vuelvo a hacer canciones.
—En esa pausa muchas cosas cambiaron, la música entre ellas. ¿Hay espacio para la música romántica que hacías hace 20 años?
La música siempre encuentra bifurcaciones y nuevos públicos. A veces es más popular, a veces menos. Lo importante, como músico o artista, incluso en lo personal, es ser fiel a uno mismo. No se trata solo de complacer a la industria, tampoco al público. Es terrible trabajar para alguien más y dormir sin sentirte contento contigo mismo. Aunque es cierto que se ha perdido el alma de las canciones. Hoy muchas se producen como si fueran latas de atún: suenan todas iguales y les falta calor humano. No es casualidad que gran parte de los músicos actuales mencionen sus nombres en las canciones. Si no lo hacen, la gente no sabe quiénes son porque todos suenan exactamente iguales.
—¿Cómo te sientes ahora en los escenario?
Soy muy feliz en este momento. Hace 15 o 20 años, seguramente hice algún trabajo actoral que no me gustaba y que acepté solo por el dinero, el cual agradezco, pero que me hizo inmensamente infeliz. No quisiera que eso me suceda otra vez.
—Entonces, el próximo año, ¿veremos al actor o al músico?
A ambos. Como actor, en enero estreno una película nueva sobre situaciones y sexo, “Vienes o voy”. Además, sacaré un álbum nuevo, que empecé a grabar a mediados de este año, y habrá una gira que lo acompañe. Todo tendrá un nuevo concepto.
El artista Christian Meier compartirá escenario junto a los artistas Fonseca, Noel Schajris y Piso 21 el próximo 13 de diciembre en el Jardín de la Cerveza en Arequipa. Entradas disponibles en Teleticket.