A sus 22 años, Luis Gavilán tiene metas poco convencionales para un chico de su edad. Quiere que la música andina suene en todo el mundo y para lograrlo viene realizando un trabajo que él considera casi de artesano: dedica una hora de su día a estudiar los instrumentos y costumbres ancestrales del Perú y luego los graba con algunos de sus ejecutantes más talentosos para actualizarlos con elementos de la electrónica que firma con el nombre de Kayfex.
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Sus canciones, que tienen bases de wajrapucos, chirisuyas y otros instrumentos tradicionales, ya han logrado generar interés internacional, sobre todo luego de que “Tijeras”, el tema que grabó con Renata Flores, se hiciera viral: firmó como productor con la disquera Warner Chappell Music y ha trabajado con algunas importantes figuras de la cartera de esta empresa, como John the Producer.
Kayfex está convencido de que la música peruana puede formar parte del universo sonoro de los hits actuales de la música global. Él nos cuenta cómo trabaja para lograrlo.
- ¿Cómo nació Kayfex?
Yo empecé haciendo música electrónica a los 10 años. Admiraba a muchos DJs, pero yo encontraba en ellos una identidad, algo que reflejaba quiénes eran. Me empecé a preguntar cómo hacer para presentarme como peruano ante los demás DJs, cómo hacer para llegar y diferenciarme de los demás. Así fue como empecé a ver más adentro que afuera. Ayacucho, mi ciudad, es tierra de artesanos, de grandes artistas. Estar allá me inspiró a conocer más de mi cultura y así he ido investigando y cada vez que investigo me enamoro más y tengo ganas de llevar este proyecto a una escala más grande. Mi ilusión como Kayfex es que más jóvenes en el mundo sepan de tanta riqueza que tenemos en el Perú.
- ¿Y qué te llevó a la música electrónica?
Mi crecimiento en la electrónica fue autodidacta. Hoy en día, en la computadora puedes hacer todo tipo de estilo de música. Cuando empecé, todo estaba muy orientado a la electrónica y aprendí a hacer canciones de electrónica. Tenía sintetizadores, percusión, pero sentía que faltaba algo que dijera ‘este es Kayfex del Perú’, algo que, cuando un DJ lo escuche, se pregunte de dónde es ese sonido, que se ponga a investigar y sepa que hay productores de electrónica aquí. Siguiendo esa línea, empiezo a ver la infinidad de instrumentos que tenemos: guitarras, charangos, quena, harpa, violín, wajrapucos… Los investigo, siempre con mucho respeto, porque no hay que olvidar que son nuestro patrimonio, para ver cómo introducirlos en mi música y acercar a los jóvenes, porque muchos jóvenes se avergüenzan de mostrar de dónde son. Eso también me impulsó a mí a hacer música con estos instrumentos, pero, ya te digo, que hay tanta riqueza que me puedo pasar mucho rato hablando de cada uno de ellos.
- Hay muchos elementos en tu música, pero la danza de tijeras está muy presente en tu trabajo.
Me inspiran los danzantes de tijeras porque no es solo es un baile, ellos representan la filosofía, la cosmovisión andina. Eso me hace admirarlos tanto y por eso he investigado sobre ellos, sobre qué significa ser un danzante de tijeras, qué significa participar en esta fiesta del Atipanakuy, que es la base en la que se inspira mi primer disco. He compartido mucho con los danzantes, he conocido muchas sus historias y también la de los músicos ejecutantes. Un danzante de tijeras no es solo, se representa con un harpa, con un violín. Tenemos que entender que un danzante de tijeras es un mediador entre la naturaleza y el hombre y hace esta conexión para fortalecer las vibras de la Pachamama y agradecer lo mucho que nos da. Cuando empiezo a entender ese mundo, empiezo a crear mi primer disco.
"El tema que hice con Renata Flores me ayudó a comprobar que a la gente le gusta (esta fusión)".
- Cuando se trabaja música electrónica hay muchas bases de audio, ¿qué tanto había de peruano allí y qué tanto has tenido que recolectar y grabar tú?
Ha sido un trabajo de artesano, yo me considero un artesano haciendo mis canciones, porque yo grabo estos instrumentos, no hay estos ‘loops’. En el tiempo que yo estaba haciendo mi investigación, no encontraba estos ‘loops’, grabaciones hechas en 4/4, que es el tiempo que tiene la música electrónica, la música urbana, la música más actual. En la música andina se siguen tiempos diferentes: el 1/1, el 3/4, se acomodan a cómo suena un huayno, un pasacalle… Para amoldar estas melodías a la electrónica, actualmente grabo junto a los instrumentistas, los traigo a mi estudio o voy a visitarlos a sus hogares, porque esa conexión que se da de humano a humano es lo que más me importa, allí es donde yo agarro la riqueza para transmitir nuestra cultura.
- ¿Qué sensación tienen los músicos cuando ven transformada la grabación con lo electrónico?
Trabajé con Cheqche De Sondondo, que fue uno de los violinistas más renombrados. Lamentablemente, por el Covid-19 ya no está físicamente con nosotros, pero ha dejado todo un legado a mi persona de melodías con su instrumento y eso está plasmado en mi primer disco. Hay maestros a los que no les gusta que se tomen sus melodías para nuevas ideas, pero, en su caso, para él era un sueño que los jóvenes valoren y creen nuevas propuestas. Él lo veía desde el lado de la trascendencia, mientras más personas escuchen su violín en otros estilos musicales, él prevalecerá más en el tiempo. Él creía que los jóvenes son el futuro, entonces si a ellos no les interesa una melodía, hay que proponer cómo hacer para que la escuchen, que cuando oigan un wajrapuco o una chirisuya, se pregunten de dónde viene e investiguen sobre su cultura. Solo así uno se empieza a enamorar de eso, a mí me pasó y ahora yo tengo una meta, le dedico una hora de mi día a investigar sobre instrumentos y costumbres peruanas.
- Es una tarea difícil, porque lamentablemente no hay mucho registro.
Sí, no es sencillo, viajo mucho. Este año estuve por Jauja, recopilando sonidos de La tunantada, nos aventuramos a hacer una canción en la mitad de la laguna de Paca, que es un proyecto que próximamente también voy a estar lanzando, pero toca ir a los lugares, porque allí está el arte, la esencia viva, más que investigarlo, uno también tiene que vivirlo, las vivencias de tocar estos instrumentos.
- Uno de los primeros temas con los que muchos te conocimos es “Tijeras”, que grabaste con Renata Flores y tuvo mucha repercusión. ¿Te sorprendió la respuesta?
Con Renata hicimos varias canciones, esta fue la tercera como ‘feat’ y llegó a tantas personas que no podíamos creer cómo se había disparado, el video se volvió viral. De un día para el otro, teníamos 200 mil vistas y a mí me ayudó a entender el impacto social que pueden tener estas propuestas. Me ayudó a comprobar que a la gente le gusta y eso nos impulsó a Renata y a mí a continuar con nuestros proyectos.
"No es descabellado decir que pronto en un hit podría haber un tema con mucha influencia peruana".
- ¿Ese tema te ayudó luego a firmar con Warner/ Chappell como productor?
Sí, fue una canción que me abrió bastantes puertas, sobre todo afuera. El A&R que me firma trabajaba en otra compañía, que era Sony y allí le presentaron la canción, le dijeron ‘haz algo por Perú’, pero pasaron varias cosas y se fue a trabajar a Warner Chappell. Ese momento, viene nuevamente el VP de la empresa y le comenta: ‘Encontré esto de Perú’. Allí nos conectamos por Instagram y fue como la propuesta que todo artista soñaría tener. Me escribe, me pregunta si tengo más instrumentales, le mando todo un paquete que había hecho a lo largo de los años y deciden firmarme por todo ese trabajo previo, pero también por mis propuestas nuevas. Además, a mí me firman rápido porque Isabela Merced estaba haciendo su ‘camp’ en EE.UU. y estaba buscando este tipo de mezclas, fue una de las razones para yo irme de Ayacucho a Los Ángeles, estuve 2 semanas y media y trabajé con toda la cartera de artistas que tiene Warner, trabajé con productores que en su momento no sabía quiénes eran, pero luego vi que todos tenían nominaciones al Grammy y temas con artistas muy reconocidos. Para mí fue una lección también, porque yo llegaba de otro lado y me trataron con mucho respeto y sencillez, me dejo ese ejemplo de cómo hay que seguir en esta carrera.
- ¿Y qué reacción tienen los productores cuándo oyen los sonidos peruanos en tu música?
A mí me gusta mostrarles también videos de nuestra cultura. En una sesión mostré un video de cómo se hacía la danza de tijeras y les llamó mucho la atención cómo tocaban el harpa, porque en la región andina sur tocan el harpa al revés y nunca habían visto esto. Allí les mostré el sonido y empezamos a hacer nuevas canciones, les pareció un sonido que podría introducirse dentro de la industria. Hubo un tiempo en el que todo se estaba haciendo monótono, pero están surgiendo nuevas propuestas que se están haciendo virales. No es descabellado decir que pronto en un hit podría haber un tema con mucha influencia peruana.
- En este tiempo que tienes de actividad has venido lanzando sencillos, algunas colaboraciones, pero este 2022 ya se viene un disco, tu primer disco.
Sí, este primer disco habla de la danza de tijeras como la fiesta que se celebra dentro del Atipanakuy, que se realiza en Puquio, en el valle de Sondondo. Y es todo un concepto que está ligado, se conectan las canciones una detrás de otra. Ya lanzamos dos singles: “Tu ensayo” y “Mala vida”, que fue un proyecto grande también; contamos con Magaly Solier como actriz del video y Vibarco, que es el compositor de Maluma, en la voz. Se armó todo un equipo solido para seguir avanzado con este primer disco, pero se vienen varias sorpresa más.
EL DATO
Puedes saber más de Kayfex en sus redes sociales oficiales y escuchar su música en diferentes plataformas digitales.
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