Cuando termina de filmar, el comunicador Josepth Ovalle se sienta frente a su computadora y comienza a editar con ahínco los videos. Dice no ser perfeccionista, solo alguien que quiere mantener la calidad al máximo. A veces graba 30 videos en un día, pero solo sube uno. Así de exigente es. Y lo que hace, funciona: lo respaldan más de 1,1 millones de seguidores en TikTok y más de 24,7 millones de “me gusta” para sus videos de danzas típicas.
Sin ser un danzante profesional o folclorista, el joven difusor cultural quiere que los peruanos conozcan sobre su propia cultura a través del baile. “Mis redes sociales son una puerta abierta, si alguien me propone hacer algo interesante relacionado con la cultura, nunca le voy a decir que no. La cultura a mí me ha dado el reconocimiento que tengo y yo tengo que devolver eso” comentó el en entrevista con El Comercio.
—¿Quiénes conforman tu equipo de grabación?
Suelo llamar a dos personas cuando grabo con agrupaciones. Los que me ayudan no son comunicadores ni creadores de contenido, sino amigos del colegio o del barrio a los que les enseño cómo hacer una grabación y luego compenso de alguna manera porque les estoy quitando tiempo. Aunque suene loco, mis videos más virales han sido con una sola persona: mi mamá. Los tiktoks con más visitas, y que están en los mejores puestos, han sido porque mi mamá intervino de alguna manera, ya sea agarrando el rebotador [de luz], poniendo play, gritándole a la gente para que no pase mientras grabo o arreglándome el traje. TikTok no sabe que grabo con ella, pero siento que algoritmo le da más acogida [a ella].
—¿Qué tan importante es ella para ti?
Ella me grabó por primera vez cuando mis amigos empezaron a trabajar y me quedé sin apoyo. Al ver que realmente le ponía mucho amor y esfuerzo al proyecto, me ayudó, pues sabía que ser famoso nunca fue mi objetivo, aunque no negaré que quería ser reconocido por algo relacionado con mostrar la cultura del Perú. Al poco tiempo de publicar el video le mostré la cantidad de reproducciones que conseguí: en ese momento ella supo que el TikTok podría abrirme varias puertas. Ella nunca se cerró a la idea de apoyar a sus hijos, con la condición de que no abandonara mis estudios. Mi madre es un gran apoyo en mi vida.
—¿Cómo nace tu pasión por la danza?
No recuerdo cuándo comencé a bailar, pero siempre estuve rodeado de ritmos y danzas, que son herencia de mi madre huanuqueña y mi padre ayacuchano. En el colegio aprendí sobre las danzas de una manera negativa, veía la discriminación en las aulas cuando los chicos se burlaban de los guapeo en los Huaylas o el zapateo clásico. Todo cambió cuando a los 13 años entré al Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú. Parecía un mundo completamente paralelo, pues se valoraban más a las personas que venían de provincia que a las de Lima. Fue un choque cultural increíble porque podías interactuar con alumnos que venían de comunidades alejadas de las ciudades y que destacaban en todos los aspectos. En mi estancia recuerdo compartir cuarto con personas de Ica, Apurímac u otras partes del Perú y recibir apoyo de profesores que incentivaban la preservación de la cultura. Debido al carácter del colegio, existían dos grupos donde uno podía destacar o ser popular: el equipo de futbol o el elenco de danza. Evidentemente, yo no soy un futbolista. El elenco de danza era muy riguroso, tenías que aprenderte todas las danzas del repertorio (unas 10) y manejar los respectivos cambios de ropa. Cuando me aceptaron y comencé a bailar caporales, me di cuenta que la danza era lo mío.
@josepthovalle ¿Con qué otra danza deberíamos hacer un versus? 🇵🇪😍 #marinera #marineranorteña #caporal #caporales #saya #danza #peru #peruano #peruvian #vivaelperu #bolivia #versus #lima ♬ sonido original - Josepth Ovalle
—¿Cuándo decides llevar la danza al TikTok?
Ocurrió durante la pandemia. La gente estaba en sus casas sin poder hacer nada, de igual manera yo. En mi caso, no hacer nada es fatal, pues soy una persona muy activa. Entonces mi madre me habló de TikTok. En ese tiempo yo tenía cierto recelo, porque la gente se burlaba de esa aplicación y yo también. Un día vi el trend “Peruvian Dance Check”. Después de pensarlo un tiempo, grabé un video haciendo los distintos bailes del trend. Subí al último piso de mi casa, coloqué mi teléfono en un lado y me puse a bailar. En ese momento, cuando el viento corría y el sol caía sobre mi cuerpo, me sentí muy bien. Obtuvo unas diez mil reproducciones en un par de días. Luego todo fue para arriba, tuve que hacer mis horarios para grabar y producía contenido de actuación y canto, pero noté que tenía más apoyo con las danzas. Entonces seguí mi pasión por el caporal y conseguí mi primer millón de visitas. Aunque nunca faltaron los comentarios de odio y discriminación hacia mi trabajo.
"En el colegio aprendí sobre las danzas de una manera negativa, veía la discriminación en las aulas cuando los chicos se burlaban de los guapeo en los Huaylas o el zapateo clásico".
Josepth Ovalle
—¿Cómo lidiaste con la discriminación y el odio?
Tengo que vivir con eso, no puede haber un video mío sin que haya comentarios de odio o insultos sin sentido. Obviamente, me siento mal cuando lo hacen, pues a nadie le gusta que le digan cosas negativas, pero lo que no se esperan es que yo soy bien respondón. No respondo en los comentarios, sino de una manera creativa: antes de iniciar algunos videos coloco esos comentarios e intento darles la contraria. Un comentario hablaba sobre lo feo que era mi lunar; al poco tiempo respondí con un video bailando y enfocando principalmente mi cara. No lo hago porque quiera victimizarme, yo busco evidenciar el odio existente. Siempre intentan ridiculizarme por mi cuerpo, que soy muy flaco o muy gordo, por mi estilo afeminado, por los bailes que hago y que [supuestamente] no puedo realizarlos porque no soy un danzante profesional. No me afectan en gran medida porque no son personas cercanas a mí, pero sí pensé en dejar por un tiempo de bailar en TikTok. En ese momento de incertidumbre recuerdo que mi amiga Milena Warthon me dijo: “Si no hay ‘hate’ no somos nadie, porque no están hablando de nosotros”. Me lo dijo en el 2020 y fue una de las motivaciones más importantes porque las personas pueden ser muy crueles por las redes sociales.
—¿Cómo fue esta conversación con Milena?
Milena para mi es una gran amiga, la conocí mientras crecíamos en TikTok. Me gusta mucho la música peruana y recuerdo que un día, cuando Milena tenía 20 mil seguidores [ahora tiene 2,6 millones], escuché su cover de “Hoy me iré”. En ese momento supe que tenía que hacer un video de TikTok donde bailaría al compás de tan hermosa voz. Cuando ella se enteró, me agradeció a través de un video y desde ahí siempre tuvimos una comunicación muy cercana y nos apoyamos mutuamente apareciendo en los videos del otro. Lo hacemos de manera desinteresada porque, al final, lo que nos interese a ambos no es la popularidad, sino poder mostrar al mundo lo maravilloso de la cultura peruana.
@josepthovalle Vieron su reacción? 😍💕🙈 #caporal #peru #milenawarthon #pareja #danza #bolivia #viral #saya #fyp ♬ sonido original - José Perez
—¿Qué nuevos proyectos están en camino?
Quiero mejorar la calidad de mis contenidos, conseguir un grupo más especializado y un mejor equipo de grabación porque hasta el momento tengo que usar mi cámara, mi trípode y a mi mamá. Cuando tenga lo necesario, empezaré con un proyecto más grande, viajar para bailar en cada rincón del país. Quiero dejar de lado al Josepth que solo baila en Lima para que sea un proyecto nacional, pues mi finalidad no es ser un exponente regional, sino alguien que revalorice la cultura peruana.