Quizás su secreto radique en no desearlo. En no soñar con cantar en grandes teatros. Iván Ayón-Rivas viene presentándose en la actual temporada de la Ópera Estatal de Viena, uno de los escenarios para la lírica más importantes de Europa. Y para el intérprete piurano, esta posibilidad no formó nunca parte de sus ambiciones. Solo ha sucedido. “Más que sueños, con este trabajo la oportunidad de presentarme en espacios tan importantes como este se han convertido en metas”, afirma. Más bien, la primera vez que pisó el escenario de la Wiener Staatsoper lo que sintió, confiesa, fue satisfacción: “Sabes que lo que haces está rindiendo frutos”, dice.
MIRA: Susana Baca recupera fuerzas antes de iniciar gira: “Mi caso puede servir a mucha gente que tenga algo parecido”
Acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario bajo la dirección del maestro Pablo Sabat Mindreau, la nueva revelación peruana de la lírica vuelve a su país para ofrecer un concierto en el Gran Teatro Nacional, producido por Radio Filarmonía, con un repertorio basado en arias de óperas italianas, romanzas de zarzuela y canciones populares. Cuando le escribimos para pactar esta entrevista, nos dijo que no podía hablar por teléfono los días previos al estreno vienés. A veces olvidamos que un artista lírico debe cuidar su instrumento. Ayón-Rivas no se obsesiona con cuidados, solo apela a cosas tan simples como no comer alimentos pesados para evitar el flujo gástrico, tomar mucha agua, hablar con tranquilidad. Y evitar, eso sí, los teléfonos. “Puede sonar extraño, pero cuando uno habla por el auricular, nos ponemos en una posición vocal diferente. Y eso crea algo de fastidio. Poco a poco nos podemos quedar sin voz”, explica.
—En la Ópera Estatal de Viena, vienes presentándote con “Eugenio Oneguin”, la ópera de Tchaikovski basada en la novela homónima de Pushkin. Más allá de tus aplaudidas cualidades interpretativas, ¿que supone para ti el reto de actuar un personaje?
Es muy difícil. Porque en esta producción aborda a Vladimir Lensky, mi personaje, de una manera algo distinta al de la novela. Lensky es amigo de Oneguin, siente una profunda admiración por él. Por eso imita incluso su forma de caminar, sueña en convertirse en algo parecido a ese hombre de mundo que viene de San Petersburgo. Pero el regista de la obra lo ha pensado como un personaje más cohibido, más inocente. En el original, Lensky es un hombre lúcido y culto, un poeta, un soñador; pero nada inocente. Así, hay un contraste entre lo que uno canta y lo que debes interpretar en esta producción. Es algo distinto, aunque sin matar la naturaleza del personaje, por supuesto. Y otra dificultad supuso poderlo interpretar en ruso, una lengua desconocida para mí. Ha sido un gran reto.
—En la obra, tu personaje muere en un duelo, al defender el honor de Olga, su hermana, seducida por Oneguin. ¿Como fue interpretar tu muerte en escena?
¡No es la primera vez que muero en escena! Es algo que te permite llegar al corazón de los espectadores. No es lo mismo si terminas una ópera vivo (ríe). Recordemos los roles de Mimi y de Rodolfo en “La bohème” de Puccini, por ejemplo. La muerte de Mimi le da cierto grado de heroísmo. Sucede lo mismo con Lensky. Él encarna el clásico rol del hombre celoso y algo idiota que toma decisiones equivocadas a causa de la cólera. Pero su muerte es heroica y el público se identifica con él.
El Comité de Damas que preside Gloria Mercedes Ramos Rodríguez viene organizado un concierto benéfico para recaudar fondos en favor de los damnificados por las torrenciales lluvias registradas en Piura. El tenor Iván Ayón Rivas será quien ofrezca el concierto lírico y estará acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú, que tendrá lugar el próximo martes 18 abril a las 7 de la noche, en el Teatro Municipal de Lima. Lo que se recaude será para atender a los damnificados de Piura, se comprarán 30 motobombas de agua y 20 fumigadores para evitar el dengue.
Las entradas se obtienen en la oficina del comité en El Hospicio Ruiz Dávila o contactarse al 952807305 con Julissa Salas o al mail cdamas@congreso.gob.pe}+
Donaciones:
Palco: 380
Platea: 90
Galería: 50
—Es el típico personaje romántico. ¿Crees que hoy la idea de morir por amor ha devenido en algo cursi?
De amor no se muere, pero la pena sí mata. El cerebro humano es muy complejo. Pensemos en las consecuencias del estrés postraumático, o cómo la paranoia o la esquizofrenia te pueden llevar a situaciones peligrosas. Las depresiones y los traumas, sean por amor o por otras causas, matan. Y cuando estás interpretando en el escenario ese momento, cuando sientes que puedes morir en algún momento por amor, arrojas en la escena tus propias experiencias, tus propias decepciones amorosas. En ese momento, cuando la tristeza te invade, te das cuenta de que la psicología tiene mucha importancia, no solo para entender a tu personaje, sino también a ti como interprete.
MIRA: Radio Filarmonía presenta la décima edición del concurso que descubrió grandes voces peruanas para el mundo
—La Ópera Estatal de Viena, epicentro de la ópera en Europa, condecoró a Juan Diego Flórez con el título de Kammersänger, uno de los galardones más prestigiosos que Austria concede a los artistas. ¿Tienes relación con él? ¿Su presencia inspira tu carrera de alguna manera?
Con Juan Diego tenemos una bonita relación de colegas. Acaba de regresar a Viena y nos hemos puesto de acuerdo para tomarnos un café. Es una figura de inspiración para mí, por supuesto. Está comprobado que se trata del mejor tenor del mundo en este momento. Y tener al menos una conversación con el mejor tenor del mundo es algo muy inspirador. Te llena de orgullo saber que somos del mismo país, que hemos frecuentado el mismo conservatorio, las mismas aulas, que conocemos a las mismas personas.
—Como profesional en tu campo, ¿cómo sabes categóricamente que Juan Diego es el mejor del mundo?
En el 2019 tuve la fortuna de ver el concierto que compartió con Plácido Domingo, Jonas Kaufmann y Sonya Yoncheva. Luego pude apreciar su más reciente concierto en La Scala. En ese sentido, tengo gustos muy rigurosos. No soy un apasionado de la ópera, pero sí de la técnica vocal, del canto masculino lírico. Me gustan muchos tenores que técnicamente son perfectos, pero Juan Diego está un paso adelante con respecto a todos. Quizás sea su interpretación, lo latino de su voz, la experiencia que con los años le ha proporcionado una estabilidad vocal y técnica como solo él sabe hacer. Con toda seguridad, puedo decirte que Juan Diego es el mejor tenor en ese momento.
—Vuelves a Lima para ofrecernos un concierto de óperas italianas, romanzas de zarzuela y canciones populares en el Gran Teatro Nacional. ¿Es un concierto que busca acercar al público a la ópera?
Mi último concierto en Lima fue más popular porque elegí arias y piezas más conocidas como “La donna è mobile”, o “Che gelida manina” de “La bohème”. El programa que ahora traigo es más “elegante”. Está el aria del “Eugenio Oneguin”, que se conoce poco; también el aria de “Un ballo in maschera” de Verdi, se trata de un repertorio más académico. Los cantantes líricos, cuando se hace un concierto al aire libre, eligen temas más populares. Y cuando se hace un concierto en una casa de ópera o en un teatro, buscamos un repertorio menos conocido. ¡No me preguntes por qué! ¡Es una tradición! (ríe).
—¿Cuáles son los próximos retos en tu carrera?
Después del concierto de Lima, iré por primera vez a Tokio para hacer “Rigoletto”, que presento también en Gran Canaria. Pero el debut más importante será “Los cuentos de Hoffman” de Jacques Offenbach, en la Ópera de Sídney y en La Fenice de Venecia. Con “Rigoletto” regreso luego al Teatro Municipal de Santiago de Chile, y después en Bari para terminar mi año. Luego regreso a Viena para hacer otro estreno para la Ópera Estatal. Gracias a Dios, hay trabajo y salud.
--------------------------------
Lugar: Gran Teatro Nacional (Javier Prado Este 2225, San Borja. Fecha y hora: viernes 14 de abril, 8 p.m. Entradas: Teleticket.