MELVYN ARCE RUIZ (@Estenopeica) Redacción Online.
The Dark Side of the Moon pudo llegar a las discotiendas con otro nombre y otra portada. En realidad, pudo haberse llamado “Eclipse” y tener a un hombre disfrazado de Silver Surfer, el cómic de la Marvel, como funda. Las ideas antes del lanzamiento del álbum, un 24 de marzo de 1973 (en el Reino Unido), eran muchas, pero el concepto, en el plano musical, siempre estuvo claro: experimentar sin perder un estilo que ya era único desde la aparición de la banda en 1965.
“Lo que pasó con nosotros en el estudio fue uno de esos grandes momentos que puede experimentar un grupo: a todos nos entusiasmaba la idea propuesta y estábamos de acuerdo sobre lo que iba a hacer cada uno”, dijo alguna vez el baterista Nick Mason al dar una de sus razones del por qué The Dark Side of the Moon se convirtió en lo que es hoy en día: una obra maestra de la música contemporánea. Tras su aparición, hace ya cuarenta años, el rock no volvería a ser el mismo. Se difundieron las claves de un sonido que parecía venir de una era todavía muy distante de la nuestra.
1. FUE COMPUESTO TRAS LA SALIDA DEL QUE HABÍA SIDO EL LÍDER DE LA BANDA En el año 1968, antes de empezar a trabajar en el álbum, Pink Floyd, que apenas tenía tres años de formación, recibió el que suele ser un golpe certero y definitivo para una banda. Syd Barret, el que había sido el líder del grupo desde su fundación y quien había compuesto casi la totalidad de los temas desde el The Piper at the Gates of Dawn, abandonó la formación por una adicción a las drogas que decantó en locura. Los integrantes que quedaron, a los que se sumó David Gilmour en reemplazo de Barret, empezaron entonces a analizar cómo resolverían el gran problema de haberse quedado sin un miembro fundamental y sin ese porcentaje importante que aporta un letrista a la personalidad de un grupo.
Los álbumes posteriores a la salida de Barret (y previos al que motiva esta nota), muestran el camino que empezaban a seguir: muchas piezas instrumentales unidas por un concepto, una idea específica y frecuente en toda la grabación. Roger Waters explicó así los momentos claves para la concreción del “The Dark Side of the Moon”: “Yo creo que uno tiene que hacer lo que sabe hacer y, por suerte, nosotros éramos incapaces de escribir canciones. Eso nos permitió explorar con otras cosas (…) Si escuchas el Meddle, en especial, el track “Echoes”, puedes oír en qué dirección nos encaminábamos. Había un concepto y escribíamos siempre sobre otras personas, cosas que se acentúan más en “The Dark Side of the Moon””.
2. LA CANTANTE DE “THE GREAT GIG IN THE SKY” PENSABA QUE LOS MIEMBROS DE PINK FLOYD ODIABAN SU VOZ Son diez los track que componen el “The Dark Side of the Moon”. El quinto de ellos, “The Great Gig in the Sky”, tiene una historia particular. Alan Parsons, el ingeniero de sonido del disco, sugirió que se pruebe con más canciones instrumentales. Así, Richard Wright), tecladista del grupo, grabó una pieza de poco más de cuatro minutos a la que luego se le añadirían una serie de voces. Primero se grabaron encuestas con la gente que trabajaba en el estudio de grabación, el Abbey Road de Londres. Entre ellos, el portero del lugar y algunos roadies. A todos ellos se les preguntaba qué pensaban de la muerte y si le temían. Algunas de las respuestas fueron incluidas al inicio de la canción. Luego, se le daba paso a un solo de una voz femenina. Alan Parsons, que había trabajado con Clare Torry en anteriores sesiones pidió que la llamasen. La convocaron y ella no se mostró muy interesada.
“Tenía cosas que hacer y les dije que el único que podía era el domingo. Me dijeron que para ellos estaba bien y fui. Cuando llegué, ellos no tenían idea de lo que querían que haga y me pidieron improvisar. Yo entre al estudio y grabé unos cuantos “Baby, Baby”, que era lo que se solía hacer y ellos me dijeron que eso no era lo que buscaban. David Gilmour, podríamos decir que fue el único que me dio algunas direcciones y me dijo que improvise, que piense en la muerte y sentimientos horribles. Volví a entrar al estudio y les pedí que graben, porque siempre la primera pasada es la mejor, las demás suenan falsas y repetitivas. Grabé las voces que ustedes ya conocen y cuando salí no me dijeron nada, me agradecieron y me fui. Yo pensé que habían odiado lo que hice y que jamás vería la luz. Un día yendo hacia mi departamento veo el afiche que anunciaba que ya estaba en venta el nuevo disco de Pink Floyd y pensé: ‘Creo que ese es para el que me invitaron’. Busqué mi nombre, pero no aparecía en los créditos. Lo compré y allí me enteré que sí habían usado mi grabación”, contó la cantante en una entrevista.
El disco se volvería al poco tiempo el más vendido en la historia de la banda y Clare Torry tomaría medidas legales en el 2005 para que se reconozcan sus derechos de autoría y se le pague el 50% de los ingresos que genere el tema en adelante. El tribunal le dio la razón y actualmente la canción figura como una composición de Richard Wright y ella. Nunca se dio a conocer el monto que se acordó como compensación.
3. MICHELANGELO ANTONIONI RECHAZÓ UN TEMA QUE FUE INCLUIDO EN ESTE DISCO El cineasta italiano Michalangelo Antonioni, célebre por películas como “Blow Up”, le solicitó a Pink Floyd que escriba algunos temas para su película “Zabriskie Point”. Tres (Heart Beat, Pig Meat, Crumbling Land y Come in Numer 51, Your Time Is Up) quedaron en la selección final. Una fue rechazada. “The Violent Sequence” fue descartada del soundtrack, porque al cineasta le aprecia “triste” y lo hacía sentir como “dentro de una iglesia”. A Roger Waters y el resto de los integrantes del grupo les parecía una pieza musical genial, por lo que la rescataron y la convirtieron en Us and Them), sétimo track del disco.
4. SE PRESENTARON CUATRO DISEÑOS PARA UNA PORTADA EN LA QUE LOS MIEMBROS DE LA BANDA NO QUERÍAN SALIR La portada del “The Dark Side of the Moon” es otra gran historia para contar. Storm Thorgerson, que se había encargado de las fundas de la banda desde el lanzamiento de su segundo disco, recibió de Richard Wright una indicación para hacer su trabajo: no más fotos de la banda.
Richard: Storm, no queremos una de tus fotos extrañas. Storm: ¿A qué te refieres? Eso es lo que hago, fotos. Richard: ¿Y si cambiamos? Storm: Pero yo no hago diseño gráfico. Richard: Bueno, ¿acaso es un desafío?
Así, el día indicado, Storm apareció con cuatro diseños para ilustrar la portada. El del prisma de luz fue elegido de inmediato por los miembros de la banda. Según explicó Thorgerson en el documental “The Making of the Dark Side of the Moon”: “El diseño de la funda se basa en tres ingredientes. Uno de ellos es el espectáculo de luz de la banda que yo quería representar, el segundo hace alusión a un texto sobre ambición y codicia y el tercero era que Rick (Richard Wright) quería una funda sencilla atrevida y llamativa. Cuando les presenté las cuatro propuestas, no pasó mucho tiempo para que se decidan por el Prisma. Fue inmediato. En realidad, ahora no me imagino el disco sin esa imagen”. Nosotros tampoco.
5. MONEY, EL SINGLE DEL MILLÓN El 1 de marzo de 1973, “The Dark Side of the Moon” fue puesto a la venta en los Estados Unidos. La banda no estuvo conforme con el trabajo de Capitol Records, su disquera allá, por lo que el ejecutivo indio Bhaskar Menon asumió la cuenta y se encargó de la campaña para elevar las ventas del disco. “Habíamos vendido 10 millones de discos sin un single, así que pensamos que era el momento”, dijo Menon, quien propuso al grupo el tema “Money” como single promocional. La canción pegó de inmediato; aunque a la banda le sigue sorprendiendo que lo haya hecho pese a que muchas personas no reparan que el tema está escrito en un compás muy complejo y poco habitual: el de 7/4.