La partida temprana de sus abuelos marcó el inicio de su travesía y viaje simbólico por las diferentes etapas del duelo y la viudez. Cuando tenía 25 años, el peso de la ausencia se hizo tangible con la muerte de su padre, seguida por la dolorosa despedida de su madre, ambos víctimas de cáncer. Varios años después, su hermana y su esposo Aldo Lira también se fueron por la misma enfermedad. Pero el golpe más duro para Silvia Miró Quesada llegó con la partida prematura de su hijo Francisco (2014) por un aneurisma. A través de este torbellino de ausencias de sus seres queridos, la periodista y escritora forjó un camino de sanación y renacimiento el mismo que hoy plasma en las páginas de “Renacer: resignificación del duelo”.
En su más reciente publicación, Silvia nos sumerge en su mundo interior, nos lleva de la mano con valentía y sensibilidad por su travesía personal hacia el corazón de la transformación. Es un testimonio profundamente sentimental donde el dolor se convierte en fuerza; el luto, en aprendizaje; y el amor encuentra su lugar en el eterno ciclo de la vida.
“No tenía intención de escribir un libro, pero mis amigos me dijeron que lo haga porque veo el duelo y la viudez de una manera tan distinta y transformadora que tenía que compartir ese conocimiento y experiencia, y todo anclado a un profesional. Ojalá aporte y acompañe”, nos dice.
En esta entrega literaria, Miró Quesada comparte su visión optimista de la vida, en la que no caben las quejas, pues considera que cada experiencia, hasta la más difícil, tiene un lado positivo que nos enseña y fortalece.
“No tengo quejas ante la vida ni ante Dios porque tengo el privilegio de estar rodeada de gente que me abraza y acompaña, de esos ángeles, como les digo en mi libro, y que estoy segura son seres que partieron antes que nosotros y se han transformado en lo que son ahora”, refiere tras relatar el giro que dio su vida con la viudez.
“Me reforzó el tema de la individualidad. Cuando quedé viuda vino este lindo corcel negro llamado Renacer, que simboliza la lucha humana, el incansable sentido del espíritu y la resistencia materializada en cada galope. Sus crines ondean como banderas de esperanza y sus cascos resuenan como tambores que anuncian la victoria ante la adversidad. Comenzó cuando partió Francisco hace 10 años. Renacer me acompañó en toda esa etapa de mi vida. Y cuando muere Aldo [su esposo, en el 2022] vuelve a tocar la puerta de mi casa, de mi corazón y mi alma, y me dice: ‘Te tengo que cambiar la montura, la manta y las riendas porque eres una mujer grande y necesitas acomodarte mejor’”, refiere la fundadora de la asociación “Unos días con Bobby” y autora de los libros del mismo nombre.
Silvia dedica “Renacer: resignificación del duelo” a su hijo, a su esposo y a Rómulo, un sacerdote jesuita, su gran amigo y consejero espiritual.
“Resignifiqué el duelo porque le encontré un nuevo significado a todo lo que me pasó, incluso con los dos cánceres. Tuve que replantearme la vida nuevamente, sentí miedo, busqué en qué anclarme. Hace poco me di cuenta que me anclé en mi carry on, que siempre tengo cerca porque me da seguridad. También recurrí al baño de florecimiento, con el agua, la ducha, boté esa piel porosa que impedía que la ilusión, las oportunidades y las cosas buenas penetren”, narra.
Hablar de su familia y amigos en este libro fue un gran desafío para Miró Quesada, pues la llevó a enfrentar sus propias emociones de una manera profunda y a veces abrumadora.
“Lloré mucho durante este proceso. Aprender a vivir sin la presencia física de mi esposo, a disfrutar de la compañía de mí misma y encontrar felicidad en las pequeñas cosas ha sido una lección invaluable”, reconoce tras detallar que el jardín secreto, metáfora que utiliza en su libro, representa renovación y encontrarse a uno mismo.
“Es el útero de tu madre, el lugar en el que te retraes, es el jardín secreto que todos tenemos, pero que no nos damos cuenta y lo hemos llenado de maleza, de cosas inservibles. Es la antítesis del fango”, aclara para finalmente definir esta etapa de su vida como un viaje de descubrimiento de sí misma y del mundo que le rodea.
“Es como una cebolla con capas y aunque a veces las lágrimas acompañen este proceso, nunca dramatizo. El llanto ha sido una parte esencial de mi duelo, fue una forma de liberar el dolor acumulado, de permitirme sentir y sanar; y espero que quienes lean mi libro encuentren en este un reflejo de la vida misma: un constante florecer y renacer”, subraya.
Química perfecta
Doris Guevara de Prendel y responsable de la edición de “Renacer”, explica que para transitar por el camino de dolor por el que Silvia atravesó es necesario recurrir a ese espíritu de niño que todos albergamos en nuestro interior, es jugar en el jardín secreto, con el baño de florecimiento y diferentes elementos. “Es exactamente igual a lo que pasó con Alicia en el País de las Maravillas”, nos dice tras detallar que Finanzas personales, séptima y última sección de la publicación, aunque pueda parecer que está fuera de contexto es un tema fundamental en esta.
“Mucha gente dirá: ‘¿Qué hace el tema de finanzas en un libro de duelo?’, pero eso es importante porque cuando uno está mal lo deja pasar, te quedas en el fango y ya no renaces. Al final no es lo mismo sufrir sin dinero que ordenando ese tema”, remarca la editora.
Lugar de la presentación: Asociación Cultural Campo Abierto, en Miraflores.
Participarán en la presentación: la activista Heidi Paiva y la doctora especialista en duelo y tanatología, Luz Loo.
Día: 9 de mayo
Hora: 7:30 p.m.
Venta del libro: vía WhatsApp: 999 099 880
Costo: S/ 35, hasta el 8 de mayo